Tras la fuga de miles de reclusos en un ataque pandillero, un estado de emergencia y toque de queda impuesto en Haití, paralizó ayer la capital Puerto Príncipe e incrementó la preocupación de Estados Unidos y la ONU por una crisis.
Con escuelas y bancos cerrados, pocas personas se aventuraron a salir a las calles para comprar agua, alimentos o elementos esenciales como combustible.
El estado de emergencia fue decretado por el gobierno la noche del domingo en el departamento Ouest, que abarca Puerto Príncipe, donde se impuso un toque de queda entre las 18:00 y las 05:00 locales hasta el miércoles 6 de marzo.
La medida se tomó luego de una fuga masiva en la Penitenciaría Nacional, la principal cárcel del país, ocurrida tras un ataque pandillero que dejó al menos una docena de muertos en medio de una nueva oleada de violencia.
Las pandillas, que controlan gran parte de Puerto Príncipe, atacaron además el aeropuerto internacional y edificios policiales.
“Estamos vigilando con gran preocupación el rápido deterioro de la situación de seguridad en Haití”, indicó a la prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby.
Más temprano, el secretario general de la ONU, António Guterres, se declaró “muy preocupado” por Haití y reiteró su llamado a “una acción urgente, especialmente para dar apoyo financiero a la misión multinacional de seguridad” respaldada por Naciones Unidas, según su portavoz, Stéphane Dujarric.
En la misma línea, la Organización de Estados Americanos (OEA) calificó de “irresponsable que se sigan demorando las medidas y las acciones necesarias” en el país más pobre del hemisferio.
El poderoso líder pandillero Jimmy Cherisier, apodado “Barbecue”, dijo en un video publicado en redes sociales que los grupos armados actúan en conjunto “para lograr que el primer ministro Ariel Henry dimita”.
Henry gobierna el país caribeño desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en 2021, y en los últimos meses es blanco de mucha presión para que convoque elecciones presidenciales.
Al momento del decreto, que firmó el secretario de Economía, el gobernante se encontraba en Kenia por un acuerdo para el envío de policías para intentar restablecer el orden. No se informó aún si regresó al país.
Tras la muerte de Moïse, Haití se ha visto sumida en una grave crisis política, humanitaria y de seguridad, con las fuerzas estatales desbordadas por la violencia de bandas que tomaron control de zonas enteras del país.