Su historia en el rock and roll nacional no inició a la par de su romance con Alex Lora, sino en los hoyos funkys del entonces Distrito Federal. Es ahí donde Chela Lora empieza su idilio con este género en el que se mantiene y en el que se ha dado a la tarea de reivindicar el papel de las mujeres, ya sean músicos, cantantes o público.
“Gracias a mis hermanos mayores me fui involucrando en este ambiente en donde conocí a Alex, a partir de entonces empecé a apoyar a la banda para que los empresarios no les pagarán con caguamas, pero no fue sino hasta la década de los 80 cuando me convertí en su representante”, dijo en entrevista con este medio Chela Lora, mejor conocida como La Domadora.
Gracias al hecho de estar tras bambalinas se pudo percatar de las necesidades que había a nivel del rock hecho en el underground, pues lo que había observado era la osadía de los empresarios de la época quienes hacían lo posible por pagarle lo menos posible a las bandas que en aquel entonces estaban haciendo su lucha por destacar en el medio, entre ellos Three Souls in My Mind.
“No me considero lo máximo ni nada, pero si soy pionera en esto, aunque antes de mí estaba como manager la mamá de Armando Nava de los Dug Dug’s, era una señora mayor, la diferencia es que yo me abocó a tratar de limpiar la imagen del rock and roll en México.
“Yo fui la primera mujer definitivamente, ya después llegaron otras, pero la diferencia está en que no sólo representaba a un grupo, sino a un movimiento de rock en México del que había que dar otra visión, crear y procurar nuevos espacios, para sacarlos de los lugares improvisados en terrenos baldíos, en obras en construcción en lugares muy terribles, para llevarlos a teatros, cines, hasta donde estamos en estos momentos”, añade.
Una vez que logró eso Chela Lora también institucionalizó el Día del Rocanrolero mexicano y el Día de la Mujer Rocanrolera, justo para dignificar a las chicas arriba y abajo de los escenarios.
“Me molestaba que los hombres siempre que veían una chica cantando o tocando, todo mundo le empezaba a gritar ‘que se encuere’, ‘que se encuere’, había hasta a quienes les metían mano por aquí, por allá y pasaba de todo. Por eso me nació la necesidad de dignificar a la mujer”, sostiene.
Chela Lora se considera una guerrera, una líder por naturaleza, una mujer luchona, punta de lanza en el rock nacional, que los mismo se ocupaba de vender boletos para las tocadas de El Tri, aguas y tortas, además de supervisar la seguridad del evento para el disfrute de los asistentes y no tener que bajar a los chavos de las patrullas.
Inmersa en un mundo dominado por los hombres y en una sociedad machista, asegura que el ganarse el respeto no fue fácil, pero siempre lo exigió de quien fuera. “Marqué mi raya, mi distancia desde el principio”, finalizó. Y esa misma actitud es la que le quiere infundir a las mujeres que están despuntando en la música para que puedan brillar en cualquier escenario en el que se presenten.