El magnate estadounidense Elon Musk anunció ayer que hará que Grok, su chatbot de inteligencia artificial (IA) y rival de ChatGPT, sea de código abierto, mientras se profundiza su enemistad con OpenAI.
El multimillonario presentó a Grok a finales del año pasado en un intento por alcanzar a OpenAI, compañía que ayudó a crear en 2015 y que revolucionó la industria con su herramienta ChatGPT, capaz de crear textos e imágenes con simples comandos escritos.
Musk dejó OpenAI unos años más tarde y la semana pasada presentó una demanda contra la empresa acusándola de romper su misión fundacional de ser una entidad sin fines de lucro que hiciera que la investigación en IA esté disponible para todos.
“Esta semana, @xAI (su empresa de desarrollo de IA, ndlr) abrirá el código de Grok”, dijo Musk en una publicación en su red social X, entrando en uno de los debates filosóficos más candentes de Silicon Valley sobre el futuro de esa tecnología.
Los inversores en tecnología están cada vez más divididos sobre el desarrollo de la IA y cómo debería avanzar.
Por un lado, empresas como Meta apoyan un sistema de código abierto en el que investigadores y otras empresas puedan acceder al funcionamiento interno de la tecnología para desarrollar nuevos productos o innovaciones.
Meta, IBM y decenas de “startups” e investigadores lanzaron en diciembre una alianza que defiende una IA más abierta y colaborativa, ante los temores de que los reguladores cierren el paso a este método.
En el otro bando, OpenAI y Google apoyan un mayor nivel de secretismo para proteger la tecnología de malos actores y ganar dinero para recuperar los altos costos de computación necesarios para construir sus herramientas líderes en la industria.
Poco después de presentar su demanda, Musk dijo en una publicación que abandonaría su caso si OpenAI cambiaba su nombre por ClosedAI, en un juego de palabras en inglés entre “abierto” (open) y “cerrado” (closed).
OpenAI argumenta que la demanda de Musk, así como su decisión de un desarrollo de código abierto, es poco más que una muestra de su resentimiento tras abandonar la empresa.