Nuevamente las agresiones contra los periodistas continúan sin que haya reacciones oficiales. El Mecanismo de Protección para Personas defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, que depende de la Secretaría de Gobernación que encabeza Luisa María Alcalde, adopta coartadas absurdas afirmando que si no están inscritos en su padrón de comunicadores protegidos, no es responsabilidad de ellos los asesinatos.
Pero quienes están inscritos en dicho Mecanismo tampoco están a salvo. Se llega a pensar que se está más seguro sin su protección que bajo su resguardo, porque el Mecanismo envía a los escoltas del Servicio de Protección Federal, con el objetivo de infiltrarse en la vida privada de los periodistas, y en lugar de resguardar su integridad sirven de “orejas” para que sus superiores conozcan santo y seña de los comunicadores.
Estar bajo la protección del mecanismo implica un riesgo mayor porque de pronto, sin dar aviso, la protección concluye, argumentando que la Junta de Gobierno, que encabeza Enrique Irazoque, determinó que no la necesitaba.
Desde 2018 el mecanismo endureció su forma de conservar la protección de los comunicadores, desde la llegada de la Cuarta transformación se prefiere en la Segob, ahorrar que evitar la tragedia de decenas de familias que sufren la pérdida de un miembro de su familia. Por si fuera poco, los homicidios contra los periodistas son los que arrojan menos resultados en las investigaciones y el mecanismo carece de datos que pudieran dar una variable concreta a las investigaciones. Porque ni siquiera son capaces de tener promedios, pistas o acciones que sirvan de evidencia para evitar la muerte de tantos compañeros. Se olvidan que su labor es preventiva y no un lamento después del asesinato. Ni siquiera hay disculpa pública.
El mecanismo al morir el periodista cierra el caso, lo cual representa un crimen sobre otro.
Según ellos dicha decisión se adopta a través de estudios, pero lo que en realidad sucede es que quieren quedar bien con sus jefes ahorrando dinero en la protección de los periodistas que tienen por obligación brindar. Deben ampararse los periodistas para tener protección de los escoltas, a quienes envían sin armamento y sin viáticos, como muestra del descontento que les produce haber perdido el amparo.
Ahora, hay un nuevo desaparecido, esta vez en Jalisco, se trata de Jaime Barrera, de 56 años, conductor de radio y televisión de Jalisco, habría sido secuestrado, informó este martes la fiscalía, un día después de que se reportara su desaparición. Según este informe fue privado de la libertad por varias personas.
Itzul Barrera, hija del periodista, tampoco refirió intimidaciones por su actividad política, detalló Méndez. No tenía enemigos visibles. Más de 200 personas, entre ellos familiares de Barrera y comunicadores, se reunieron la tarde del martes en la Plaza Liberación de Guadalajara para exigir la localización con vida del periodista. Las protestas públicas seguirán en otros estados.
En México siguen cayendo uno a uno los periodistas, lo cual significa un retroceso en la seguridad y una herida grave a la democracia. México y su gobierno tienen en la muerte de los periodistas su talón de Aquiles que puede costarle a Morena graves consecuencias en las urnas.