En una entrevista publicada este miércoles por un canal de televisión estatal rusa, el presidente Vladímir Putin reiteró la preparación de su país para participar en una guerra nuclear si su soberanía o existencia como Estado se vieran amenazadas. Esta postura se produce antes de las elecciones presidenciales previstas para el 15-17 de marzo, en las que se espera que Putin obtenga otro mandato, ayudado por el férreo control político-electoral que ejerce su gobierno.
Putin enfatizó que el ejército de Rusia, incluyendo su arsenal nuclear, permanece en constante estado de alerta para el combate. Además, destacó los avances en su tríada nuclear —una estructura militar de misiles nucleares lanzados desde tierra, submarinos y aviones— que, según el mandatario, superan los de cualquier otra nación, incluyendo a Estados Unidos.
A pesar de estas advertencias, Putin admitió que la probabilidad de un conflicto nuclear no es inminente, citando la conciencia de los expertos tanto rusos como estadounidenses en el campo de la disuasión estratégica. Asimismo, el candidato calificó la intensificación de la retórica nuclear rusa como un mensaje disuasorio para Occidente, particularmente en respuesta a su apoyo a Ucrania en medio de la guerra que ya entró a su tercer año.
En el conflicto actual, Rusia ha arrebatado el control de casi una quinta parte del territorio ucraniano y ha intensificado su rearme militar a un ritmo que supera los esfuerzos occidentales, sobre todo ante la incapacidad del Capitolio de aprobar apoyos financieros emergentes para Kiev a pesar de la insistencia del presidente Joe Biden, los demócratas y republicanos moderados.
En el frente diplomático, Putin expresó su apertura a las negociaciones sobre Ucrania, aunque supeditadas al reconocimiento de sus actuales conquistas territoriales. Esta postura, naturalmente, ha sido recibida con escepticismo por líderes y analistas occidentales que cuestionan el compromiso de Rusia con una resolución pacífica. Mientras tanto, funcionarios ucranianos, interpretando el discurso nuclear de Putin como miedo a perder la guerra, lo han desestimado como mera propaganda.
En paralelo, Estados Unidos se ha estado preparando para la posibilidad de que Rusia recurra a ataques nucleares tácticos, es decir, el uso de armas nucleares de corto alcance directamente en un campo de batalla, incluso cerca de sus propios ejércitos o los de sus aliados. Esto sirve como un recordatorio a las élites políticas de Moscú y Washington sobre la gravedad potencial de la situación.