La 96ª entrega hizo algunas cosas bien.

 

Y pues así como llegó se fue. La entrega de los premios Oscar 2024 tocó nuestra puerta, trayendo consigo momentos incómodos pero hilarantes, presentaciones musicales conmovedoras y cómicas y premios que… en su mayoría, sí fueron merecidos.

Primero, hablemos de lxs presentadores destacadxs. Pese a sketches forzados como el de Guillermo dando shots de tequila a lxs asistentes (parece que quisieron recrear la magia de Ellen entregando pizza y no les salió), hubo dos duplas que funcionaron muy bien: John Cena y Jimmy Kimmel y Emily Blunt y Ryan Gosling.

La primera presentó el premio a Diseño de Vestuario, donde el musculoso Cena aparece desnudo presentando el premio, con el sobre de la estatuilla cubriendo sus genitales. Tal suceso generó risa incómoda y un soplo de aire fresco que no requirió de excesivo escándalo.

La segunda, haciendo un homenaje a lxs dobles de cine, demostró la química natural entre Blunt y Gosling—quienes serán la dupla protagónica de The Fall Guy—, y el guion de su discusión (la interminable competencia entre Barbie y Oppenheimer) tuvo excelentes puntadas.

En el ámbito musical, y sin duda en el colectivo de lxs espectadores, Barbie arrasó. Primero, Billie Eilish nos hizo llorar con una hermosa interpretación de su desgarradora canción “What Was I Made For?”, ganadora de un Oscar y convirtiendo a Eilish en la triunfadora de dos premios Oscar más joven de la historia (ganó Mejor Canción por “No Time to Die” hace 2 años).

Más tarde, Ryan Gosling deslumbró con un espectáculo kitsch con su interpretación de “I’m Just Ken”, con un atuendo rosa fosforescente, cabezas de Barbie gigantes y Slash, el guitarrista de Guns N Roses, complementando el show.

En la parte de los ganadores, me enfocaré en las sorpresas que sí merecieron estar ahí. American Fiction, contra todo pronóstico, ganó Mejor Guión Adaptado–el cual nos habla de un hombre de raza negra que escribe un libro repleto de estereotipos como una broma y la gente se lo compra–, bien merecido por su sorpresivo peso emocional combinando  la cómica premisa. El Niño y la Garza, de Hayao Miyazaki, le ganó a Spiderman y a Disney, reconociendo a un director con mucha sensibilidad y su técnica de animación hecha a mano sobre blockbusters.

Y EMMA STONE apantalló con su victoria a Mejor Actriz, con uno de los papeles más dinámicos que he visto. Ni ella misma, con vestido rasgado y totalmente en shock, se lo podía creer. Y es que históricamente el Oscar se lo lleva quien obtiene el premio del Sindicato de Actores (SAG), el cual obtuvo Lily Gladstone por su papel en Los Asesinos de la Luna. De haberla premiado, la Academia hubiera hecho historia al coronar a una mujer indígena con este premio. Sin embargo, el papel de Stone es extraordinario, así que por mí qué bien que Emma ganó.

Lo demás se partió entre Oppenheimer y Poor Things, básicamente.

Este año, aunque Oppenheimer no es mi favorita, me quedé satisfecho con las ganadoras. A ver qué tal el año siguiente, donde Dune: parte 2 seguramente será condecorada a montones.

 

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