Una película que imagina una segunda guerra civil en el futuro próximo en Estados Unidos reavivó los temores sobre lo dividido que está el país de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
Civil War, que se estrenó en el Festival SXSW la semana pasada y llegará a los cines en abril, retrata a un presidente de tres mandatos –uno más de lo permitido– en Washington luchando contra fuerzas separatistas de California y Texas.
La película sigue a un equipo de periodistas que recorren una nación destruída, donde el FBI fue disuelto y drones de las fuerzas armadas lanzan ataques contra los civiles.
En las primeras reseñas, The Atlantic destacó que el filme tiene una “resonancia incómoda en estos tiempos políticamente polarizados”. La revista Rolling Stone dijo que “podría confundirse accidentalmente con el presente”.
Pero, ¿qué tan posible es este escenario?
Donald Trump fue criticado recientemente por bromear sobre ser “dictador” desde “el día uno” si gana las elecciones y regresa a la Casa Blanca. El expresidente enfrenta cargos por conspirar para anular los resultados de los comicios de 2020, cuando perdió frente al demócrata Joe Biden.
Biden, quien busca la reelección, acusó a su predecesor de abrazar la “violencia política”.
El autor Stephen Marche cree que “Estados Unidos es un caso de estudio de un país que se enfila hacia una guerra civil”, pero no como se muestra en la película.
El libro de Marche, La próxima Guerra Civil: Notas desde el futuro de Estados Unidos, utiliza modelos de ciencia política para sugerir cinco escenarios que podrían desencadenar un conflicto interno generalizado.
Por ejemplo, el enfrentamiento de milicias antigubernamentales con las fuerzas federales o el asesinato de un presidente.
La violencia política “se vuelve aceptable y, en cierto sentido,inevitable, porque la gente no siente que su gobierno sea legítimo y le parece que, por tanto, la violencia es la única respuesta”, afirmó Marche.