A 100 días de cumplir su mandato en Argentina, el presidente ultraderechista Javier Milei utiliza las redes sociales como tribuna de su ideología y vía de escape de sus estados de ánimo.
Después de que ordenó las cuentas del país al inicio de su gestión gracias a un ajuste que tensó el clima político y social, Milei también invitó a sus seguidores a sumarse a las “Fuerzas del Cielo”, como titula la identidad de sus simpatizantes.
“No hay plata”, indicó Milei al asumir como Presidente el 10 de diciembre, cuando prometió combatir la inflación, destruir la “casta política” y cortar con “motosierra” al Estado.
El plan de Milei para desregular la economía está en un megadecreto que deroga o modifica más de 300 normas y una Ley Ómnibus que en su versión original contenía más de 600 artículos.
Pero en estos tres meses ambos proyectos sufrieron reveses en el Congreso, donde el pequeño partido de Milei es minoría: la Ley Ómnibus fracasó en febrero en el debate de diputados y el megadecreto fue rechazado el jueves en el Senado.
Estas derrotas muestran que el Presidente no consiguió transmitir la urgencia de sus reformas, justificada en la herencia recibida del anterior gobierno.
Después de asumir, suspendió las obras públicas, no renovó los contratos estatales, redujo los ministerios a la mitad, liberó los precios y devaluó el peso más de 50%, provocando una inflación de 25.5%.
PROTESTAS
La contracara es la tensión social por la serie de despidos y el alza de las tarifas de servicios públicos ante la falta de subsidios.
Con la devaluación y un aumento de precios de 276% anual a febrero, el poder adquisitivo de los argentinos se destruyó, en particular el de los jubilados.
Los medicamentos aumentaron 40 puntos porcentuales más que la inflación general, lo que provocó una caída descomunal de sus ventas, lo que provocó que muchos abandonaran tratamientos crónicos.
En febrero, mientras se debatía la Ley Ómnibus, miles de personas protestaron frente al Congreso, reprimidas por la Policía.
También se manifestaron cuando se suspendió el envío de alimentos a los cerca de 40 mil comedores comunitarios, en momentos en que la pobreza golpea a casi el 60% de la población.
Los recortes afectaron también en el presupuesto de universidades, apoyo al cine e investigación en ciencia y tecnología.
Este lunes, miles pidieron que se restablezca la entrega de alimentos mientras en Buenos Aires se registraron incidentes con la Policía, que utilizó gases y camiones hidrantes para reprimir nuevamente a los manifestantes.