Al día siguiente de su triunfo en unas elecciones presidenciales consideradas ilegítimas por las potencias de Occidente, el presidente Vladimir Putin celebró ayer ante una multitud en la plaza Roja el “retorno” a Rusia de los territorios ucranianos, en el 10º aniversario de la anexión de Crimea.
Putin, de 71 años, fue reelegido con 87.28% de los votos para un quinto mandato, en unos comicios de tres días sin un candidato opositor con opciones reales y que se celebraron también en zonas de Ucrania ocupadas por las fuerzas rusas.
Putin apareció junto a los candidatos que concurrieron contra él en los comicios, después de recibirlos en una reunión en el Kremlin en la que todos lo felicitaron.
Los otros tres candidatos obtuvieron menos del 5%. Todos los principales opositores de Putin están muertos, en prisión o en el exilio.
Los comicios tuvieron lugar un mes después de que el principal detractor de Putin, Alexéi Navalni, muriera en prisión. En el cementerio donde fue enterrado, decenas de personas depositaron flores y papeletas con su nombre escrito.
Numerosos países occidentales criticaron los comicios. El portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, dijo que las elecciones en Rusia fueron “un proceso increíblemente antidemocrático” y afirmó que Washington no felicitará a Putin.
La reelección de Putin se basa en “la represión y la intimidación”, declaró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Fue una elección “sin opciones”, abundó la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock. Para Francia tampoco se reunieron “las condiciones para una elección libre, plural y democrática”.