El Doctor Patán tiene un ligero desencuentro con la 4T.

Hace un par de días, escuchó, y le caló de veras, porque además tuvo que enterarse por un medio conservador como Latinus, que a un pelotón de media men cuatroteístas le había llovido billete desde el entorno de la compañera Claudia. “¿Y yo?”, se preguntó aquí su Doctor. “Yo, ¿cuándo?”. Compañera Futura Presidenta, compañero Segundo Presidente Más Popular del Mundo: aquí también le hemos echado ganas.

Entiendo, claro, que uno juega en otra liga. Que no hay manera de competir con la tremenda gracia de El Fisgón, con los Felipes Calderoncitos de Hernández, con la rabiosa originalidad de Fabrizio Mejía o con, con… con… ¡El entusiasmo! Eso, con el entusiasmo de Rapé. Vaya, el Doctor, hombre de equipo y hombre, en cuanto al ego, de una comprobada austeridad republicana, entiende que no puede exigir lo que se le ofrece a esa aristocracia del espíritu. Pero, ¿nada?

En los ya varios años que lleva de escribir al servicio del Cambio, el Doctor, columnista, lo han podido comprobar, de un machetero compromiso con la causa del pueblo bueno, no ha recibido no digamos un contrato de 14 millones como los de la aristocracia arriba referidos, por Dios, ni mucho menos los 130 millones del compañero Epigmenio, un guerrero que a fin de cuentas es también, todo a un tiempo, el Leni Riefenstahl y el Eisenstein de la 4T. Todo bien hasta ahí, todo muy entendible.

Pero es que a la cuenta de banco de su servidor no ha llegado siquiera un billetito como, no sé, “creador de contenidos digitales”. (El Doctor ha descubierto con sorpresa que todo mundo, hoy, es “creador de contenidos digitales”, lo que lo lleva a pensar que es una profesión súper redituable). O, y no es que quiera regatear, un emolumentito tipo los periodistas de Palacio. Bueno, pues no.

En un país en el que hasta Sabina Berman o los de “Respondes o resbalas” pueden llevarse una recompensa por trabajar al servicio de la Cuarta, que, como todos sabemos, va, al Doctor Patán, para que me entiendan, no le ha tocado ni un arcón navideño. Vaya, ni unas cajitas artesanales mandadas por la Secretaría de Cultura.

Nada más una aclaración: esto es sólo un desencuentro, insisto, y uno muy ligero. No es un divorcio con la Cuarta. El Doctor sigue al servicio de la causa, hombro con hombro con los compañeros aristócratas del espíritu, ese Parnaso (el monte y la librería). Por eso, no va a aceptar que los sigan llamando chayoteros. Mi solidaridad, camaradas, a la espera de alguna reciprocidad.

 

        @juliopatan09