Con motivo del Día Mundial del Teatro, a celebrarse el 27 de marzo, fue convocado, por el International Theatre Institute (ITI), organización dependiente de la Unesco, el escritor y dramaturgo, recién ganador del Premio Nobel de Literatura 2023, Jon Fosse (Haugesund, 1959) para emitir un mensaje acerca de esta disciplina clásica.
Aunque el autor noruego es reconocido sobre todo por su oficio como novelista e incluso como poeta, su desarrollo como dramaturgo le ha hecho hacerse su lugar dentro del arte escénico, siendo un autor del que más han sido representadas sus obras a nivel mundial. No es casualidad que su trabajo haya sido traducido a más de 50 idiomas y presentado sus producciones en más de 100 escenarios alrededor del mundo.
El ITI destaca que en las obras de Fosse, el autor apuesta por dejar actos o palabras incompletas, “creando así un sentimiento de tensión por la irresolución”. Que temas como la incertidumbre y la ansiedad son explorados en obras como Nightsongs (Natta sync sine songar, 1998) y Death Variations (Dødsvariasjonar, 2002). Asimismo, hacen hincapié en la importancia del lenguaje único, pausado, que se interrumpe, niega y profundiza en cuestionamientos que es perceptible en sus novelas.
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“El arte es paz” y otras reflexiones
El autor de Trilogía (De Conatus) comenzó con la sensibilidad característica de sus intervenciones:
“Cada persona es única y, al mismo tiempo, como todas las demás. La apariencia, se puede ver, es cierto, pero también hay algo dentro de cada persona que le pertenece, que la hace única. Podemos llamarlo alma o espíritu, o bien, podríamos no ponerle palabras, simplemente dejar que esté ahí.
“Al mismo tiempo, somos diferentes, también somos iguales. Las personas de todo el mundo somos fundamentalmente iguales, sin importar qué lengua hablemos, que color de piel o de cabello tengamos.
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“Quizás esto sea una especie de paradoja: que somos completamente iguales y diferentes al mismo tiempo. Tal vez una persona es paradójica en su conexión entre el cuerpo y el espíritu, entre lo terrenal y lo tangible y lo que trasciende los límites materiales y terrenales”.
Acerca del arte, Fosse realizó una especie de radiografía escrita, acaso para desentrañar con cautela y desde el conocimiento que le ha valido su carrera lo que es, significa, busca, promueve, representa “el buen arte”:
“El arte, el buen arte, consigue a su manera y de forma fabulosa reunir lo absolutamente único con lo universal. Nos permite entender la diferencia entre lo extraño y lo universal. Al hacerlo, el arte trasciende las fronteras de los lenguajes y los límites geográficos. Reúne, no solo las cualidades individuales, sino también, las características de un grupo de personas, por ejemplo, las naciones.
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“El arte no se expresa provocando que todo sea igual, por el contrario, nos muestra nuestras diferencias, aquello que es ajeno o extraño. Todo buen arte contiene precisamente eso: algo extraño, algo que no podemos comprender completamente y que, sin embargo, entendemos en cierto modo…”
Finalmente, tras hacer un apunte breve sobre la guerra ([…] es la batalla contra lo que yace en lo más profundo de cada uno de nosotros: lo único. Y es una batalla contra todo arte, contra la esencia más íntima de todo arte), enfatizó en la idea de que:
“Es tan simple como que la guerra y el arte son opuestos, como la guerra y la paz son opuestos. El Arte es paz”.
El mensaje puede leerse completo en el siguiente enlace.