Una compleja y antigua estructura hidráulica de la antigua ciudad Mexico-Tlatelolco, es evidenciada por estudios llevados a cabo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Este interesante descubrimiento en el que se trabaja desde septiembre del 2023 revela redes de canales y un embarcadero, que se especula, fueron modificados al inicio de los tiempos novohispanos.
“A través de 40 pozos de sondeo en distintas zonas del predio, los especialistas han observado rastros de sus distintas ocupaciones: de entre 1987 y 1993, cuando operó la fábrica de aceites La Polar, y una anterior que señala el establecimiento de Leviatán y Flor, fundada en 1912, por los empresarios Isaac Leviatán y Jacobo Flor, migrantes europeos que se dedicaron a producir levaduras para panaderías.
Durmientes de ferrocarril, zapatas y tubos de drenaje son huellas de esa época moderna, a la que siguen capas estériles que indican la inactividad del suelo por un largo periodo, hasta llegar a aquellas correspondientes al periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), y la transición inmediata al virreinato del siglo XVI”, declara un comunicado del Instituto.
De tal manera que en el documento se destacan los elementos más sobresalientes de esta temporalidad a “un posible embarcadero y redes hidráulicas constituidas por canales de diferentes dimensiones, que varían entre 1 y 8 metros de ancho, los cuales debieron cumplir diferentes funciones, fuese para irrigación, drenaje o navegación”.
Estas actividades son llevadas a cabo por grupo de especialistas, integrado por las y los arqueólogos Ignacio Forteza Saavedra, Xantal Rosales García, Georgina de la Luz Cruz, Ana Karen Guerrero Arévalo y Giovanni Castillejos, quienes reconocen a la zona como la frontera norte tlatelolca que, según fuentes históricas, coincidiría con los barrios Iztatlán o Tlaxoxiuhco, de la urbe mexica.
“La arqueóloga Xantal Rosales García, quien explora el citado embarcadero, de 4.8 metros por 3.1 metros, asociado a su vez a una red de canales, detalla que su sistema constructivo indica dos etapas de ocupación.
“La primera, de época prehispánica, se caracterizó por el uso de piedras careadas de mayor tamaño que constituyen los muros y una escalinata para descender al cuerpo de agua; en la segunda ocupación, de las primeras décadas del virreinato, se observan muros añadidos con piedras irregulares de menor tamaño para convertirlo en un posible reservorio del vital líquido”.
A diferencia de lo ocurrido en Tenochtitlan, añade, Tlatelolco siguió siendo ocupada por población indígena, y no hubo un cambio inmediato de su modo de vida, como lo demuestra el hallazgo del entierro de un neonato a la usanza prehispánica, en posición sedente y asociado a una estructura habitacional, ya en el periodo posterior al contacto español”, añade el texto.
Por su parte, el arqueólogo Tulio Cordero destacó en el comunicado que “conocer los márgenes de Tlatelolco, donde vivían las personas del pueblo, nos permite completar la imagen de esta ciudad mexica e imaginar la vida con su complejo sistema hidráulico”.