Al mismo tiempo de protestar enérgicamente por estos señalamientos, China rechazó ayer las acusaciones de Estados Unidos, Reino Unido y Nueva Zelanda de que es responsable de los ciberataques contra sus instituciones públicas.
Los tres países denunciaron una serie de ataques cibernéticos en la última década, en lo que pareció ser un movimiento concertado para acusar a China.
En respuesta, Pekín insistió en que se opone “a todas las formas de ciberataque”, y acusó a EU de utilizar a la alianza de espionaje Cinco Ojos “para compilar y diseminar información falsa sobre amenazas de hackers chinos”.
La red Cinco Ojos agrupa a Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Reino Unido en una red para compartir inteligencia.
La denuncia de Washington detalló lo que llamó una “prolífica operación global de hackeo” de 14 años para ayudar a “los objetivos de espionaje económico e inteligencia extranjera” de China.
Horas después, Reino Unido denunció que de 2021 a 2022, el grupo APT31 vulneró cuentas de legisladores británicos, muchos de ellos críticos de Pekín.
El viceprimer ministro británico, Oliver Dowden, también acusó a “una entidad afiliada a China” de haber “transgredido” a la Oficina Electoral del país, a pocos meses de una elección general.
Paralelamente, Nueva Zelanda afirmó ayer que su Oficina de Asesoría Parlamentaria, que redacta y publica leyes, fue transgredida en el mismo período.
Nueva Zelanda, que tiene a China como su principal socio comercial, acusó al grupo “estatal” APT40 por el ataque
“Agencias chinas de ciberseguridad divulgaron una serie de informes sobre los ciberataques del gobierno estadounidense contra China y otros países, pero el gobierno estadounidense siempre se hace el tonto”, afirmó Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.