El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, reconoció que en Taxco, Guerrero, donde fue secuestrada y asesinada la pequeña Camila, el crimen organizado se infiltró en algunas autoridades locales.
El mandatario reconoció que esa misma situación prevalece en Iguala, municipio donde fueron desaparecidos 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014, al igual que en Chilpancingo y Chilapa.
Consideró que la policía de Taxco se vio rebasada ante el linchamiento de Ana Rosa, acusada de asesinar a la menor de ocho años y detalló que la Guardia Nacional no llegó, “porque las cosas se dieron de repente”.
Además, el subsecretario de Seguridad, Luis Rodríguez Bucio, reveló que los homicidas de Camila, solicitaron tres cantidades diferentes por su rescate.
Durante la estancia de la madre de Camila en la agencia del Ministerio Público, cuando acudió a interponer una denuncia por su desaparición, recibió tres mensajes, en el primer le solicitaban 250 mil pesos; en el segundo mensaje 35 mil, y luego 8 mil, pero no se realizó ningún pago, informó Rodríguez Bucio.
Al presentar un informe especial sobre el feminicidio de la niña, el funcionario federal confirmó que la causa de la muerte de la niña fue por asfixia mecánica internacional por un tercero.
Además, presentó una cronología de hechos, desde que la víctima llegó a la casa de su amiga para jugar en una alberca inflable, pero cuando la madre de Camila llegó a preguntar cómo estaba, le informaron que no había ingresado y comenzó su búsqueda.
También detalló que ese mismo día a las 19:00 ya tenían un video de la niña entrando a la casa, pero la familia de las personas linchadas negó el hecho, por lo que acudieron a presentar la denuncia y a señalar a los presuntos culpables de la desaparición.
El jueves a las 13:00 horas se halló el cadáver, por lo que fue cuando la turba y las autoridades acudieron al domicilio a sacar a los agresores, quienes fueron golpeados, e incluso un par murió, y el resto fue detenido.