La Iglesia católica convocó a orar, salir a votar y construir la paz, más allá de inclinaciones políticas o partidistas, por lo que convocó a la unidad.
“La unidad nacional emerge como un factor importantísimo para el desarrollo democrático del país, pues superando nuestras diferencias y trabajando juntos hacia un objetivo común encontraremos el camino hacia el bienestar de la nación”, dijo.
En su editorial en el semanario Desde la Fe, subrayó que la violencia ha dejado tras su paso estragos de dolor, sufrimiento y muerte; que hay impunidad, corrupción, e injusticia; y que existen amplios sectores sumergidos en la pobreza, además de que prevalece una crisis migratoria.
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“Es una realidad también, como lo manifiestan los obispos de México que, a pesar de los esfuerzos realizados, existe el clientelismo político, la mentira, el engaño y la manipulación de las masas. También se ha evidenciado una polarización social que nos ha lastimado, y una nación dividida y envuelta en luchas de poder, difícilmente puede llegar a ser una nación próspera”, indicó.
La Arquidiócesis de México expresó que es importante que todos los mexicanos ejerzan responsablemente su derecho al voto el próximo 2 de junio y logremos una jornada electoral ejemplar, que sea muestra de madurez ciudadana para nuestras futuras autoridades.
“Orar, así sean católicos o no, orar por unas elecciones libres y pacíficas, así como un buen gobierno que impulse la unidad nacional, el bien común y la atención a los más vulnerables”, expresó.
Recordó que con motivo de la CXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la alta jerarquía eclesiástica señaló que “¡Amar a México hoy es orar más, participar votando y construir la paz!” y que a unas semanas de las elecciones y ante el clima que estamos viviendo, este mensaje es una invitación para amar a nuestro país a través de la unidad, el diálogo y la acción.
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Por ello, instó a ser constructores de paz, a partir de nuestras acciones, en nuestro entorno, empezando desde nuestro propio hogar, en la familia, con los amigos, con nuestro vecinos y compañeros de trabajo.
“Construir la paz es una tarea que nos corresponde a todos, una necesidad urgente que va más allá de divisiones partidistas o ideologías, y desde la Iglesia seguiremos trabajando para ser un factor de cambio, que impulse la unidad con espíritu sinodal a través de los principios del Evangelio”, concluyó.