Aunque no se han roto, al menos por ahora, Israel y el movimiento islamista palestino Hamás se acusan mutuamente de intentar sabotear sus negociaciones indirectas de tregua en la Franja de Gaza.
Hamás anunció el sábado su respuesta a la última propuesta de los mediadores, en momentos en que Irán lanzaba un ataque hacia Israel.
Sin rechazar abiertamente esa propuesta, reafirmó sus principales exigencias, a las que Israel se opone categóricamente: un alto al fuego permanente y la retirada del Ejército israelí de ese territorio palestino.
En las últimas 24 horas, 43 personas murieron en Gaza, según un balance difundido por el Ministerio de Salud del enclave, que reportó 33 mil 729 los muertos desde el 7 de octubre.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a Hamás de ser “el único obstáculo” para un acuerdo que “permita la liberación de los rehenes” retenidos en Gaza y reiteró su “oposición a estas exigencias infundadas”.
Además, afirmó que Hamás “rechazó las líneas generales” del plan de El Cairo, negociado por Qatar, Egipto y Estados Unidos.
El plan presentado en El Cairo prevé una tregua de seis semanas, un intercambio de unos cuarenta rehenes israelíes por cientos de prisioneros palestinos, el aumento de la ayuda humanitaria para Gaza y el regreso de los habitantes del norte del territorio palestino desplazados por la guerra.