Búlgaros es su nombre más popular, pero hay quien también les dice kéfir o yogur de búlgaros, o tibicos o kéfir de agua, dependiendo el origen. Acerca de los primeros, el Servicio de Información Agroalimentaria Pesquera (Siap) indica que son un géneros de bacterias Gram positivas que son denominadas así porque la mayoría de sus miembros convierte lactosa en ácido láctico.
Los segundos, búlgaros o kéfir de agua, son una mezcla de bacterias y levaduras que se encuentran en los polisacáridos creados por bacterias. Son la alternativa para esas personas que no pueden o no deben consumir leche, pero que desean encontrar los beneficios de lo producido durante la fermentación.
Los probióticos con que benefician los búlgaros de leche son esenciales para la salud intestinal y la mejora del sistema inmunológico. Asimismo, traen consigo vitaminas como la K y la B, beneficios para los huesos, minerales (calcio), entre otras cosas.
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Acerca de los búlgaros de agua, que se obtienen de una solución azucarada, también traen consigo cantidades benéficas de probióticos, aunque también son una alternativa refrescante ante la gente que quiere tomar algo diferente sin necesidad de consumir lácteos o incluso bebidas con gas. Todo dependerá de la manera en que se fermenten.
Algunos de los beneficios
- Protector natural contra la acidez
- Previene infecciones, diarrea, estreñimiento y colitis.
- Puede ayudar a recuperar la flora intestinal.
- Regulación del peso.
- Prevención ante náuseas y mareo.
- Brindan al cuerpo calcio, fósforo, proteínas, vitaminas y zinc.
- Ayuda a reducir el colesterol.
- Contiene propiedades antibacterianas.
- Disminuye el riesgo de hipertensión arterial.
Con información de SIAP y Salud 180.
DG