En diciembre de 2015, a unos días del fin de año, falleció Lemmy Kilmister, compositor, bajista y líder de la banda británica Motörhead, pilar del heavy metal inglés de los años ochentas y hasta la posteridad. Tras su muerte, fue cremado, y, sus cenizas, por ende, resguardadas.
Sin embargo, con el mismo estilo peculiar de su vida, con el paso de los años algunos de sus amigos y colegas comenzaron a recibir balas con el nombre del vocalista grabado sobre la cara visible, que en lugar de pólvora u otra cosa, guardan una porción de las cenizas del vocalista originario de Burslem. Uno de los que recibió este representativo presente fue James Hetfield.
Y destaca el nombre de este último no sólo por ser el vocalista de una de las bandas más importantes del thrash estadounidense, Metallica, sino también porque Hetfield adoraba a Kilmister (y a Motörhead) y, como consecuencia de ello y una fructífera amistad, se hizo, haciendo uso de las cenizas de Lemmy, un tatuaje en su honor.
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Fue el mismo James, a través de la cuenta de Instagram de Metallica, quien hizo pública la noticia del tatuaje, posando al más puro estilo del dedo medio apuntando al cielo, pero acompañado de la bala con el nombre de Lemmy y unas líneas que rezan lo siguiente:
“Con la mano firme de mi amigo y tatuador @coreymillertatto, este tatuaje. A la salud de mi amigo e inspiración, Mr. Lemmy Kilmister. Sin él, es probable que NO existiera Metallica.
“Tinta negra mezclada con un poco de las cenizas de su cremación que me fueron entregadas con mucha gratitud.
“Así, él será capaz de seguir pintándole dedo al mundo”.
El tatuaje, ubicado en el dedo medio es, claro, un as de espadas envuelto de uno de los símbolos relacionados con Motörhead. La referencia, sobra decirlo, bebe de la icónica canción de la banda inglesa, “Ace of Spades”.
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Otras partes de las cenizas han sido repartidas por Campbell y Mickey Dee en el HellFest y el Wacken Festival, uno de los festivales favoritos de Lemmy por su estrecha relación dada la historia que guardaron desde 1997. Respecto a este último, la porción de cenizas fue colocada en un bar alemán que lleva, en honor, su nombre.