Cuando los banqueros recibieron a los candidatos a la presidencia en aquella 81 Convención de marzo del 2018 había muchas caras serias porque sentían que la tercera sería la vencida para Andrés Manuel López Obrador.
Fue muy notoria la diferencia en la recepción que le dieron al candidato priista a la presidencia, José Antonio Meade, entonces ya abandonado a su suerte por parte del entonces presidente Enrique Peña Nieto y la forma, respetuosa pero fría, en la que recibieron al candidato López Obrador.
El candidato de Morena repitió muchas cosas, como lo hacía en cada foro: se acabó la corrupción, no habrá un aumento de la deuda pública y demás.
Ahí adelantó la cancelación del aeropuerto de Texcoco, el desmantelamiento de muchas instituciones y hasta su propuesta de elegir a los ministros de la Suprema Corte.
Incluso, hubo una declaración que en ese momento se convirtió en el titular más destacado: “si hay fraude electoral, a ver quién amarra al tigre”.
Decía el candidato López Obrador ante los banqueros que le daba el beneficio de la duda al presidente Peña Nieto de que no intervendría en las elecciones venideras.
Si se atreven a hacer un fraude electoral, dijo López Obrador, a ver quién va a amarrar al tigre, el que suelte el tigre que lo amarre. Si las elecciones son limpias, son libres, me voy a Palenque, Chiapas, tranquilo.
Seis años después, regresan tres candidatos presidenciales a la Convención Bancaria. Si alguien dentro del sector financiero le quedan ganas de cotejar las promesas del candidato con las acciones del Presidente, pues se puede anticipar el resultado.
Pero lo que ahora pesa es lo que parece ser la amenaza inversa del propio López Obrador respecto a su juego de los tigres electorales.
López Obrador esperaba que Peña Nieto no interviniera en las elecciones y él lo ha hecho todo el tiempo para favorecer a su corcholata. Hay evidencias suficientes de que muchos electores no acudirán a las urnas de manera libre, lo harán bajo amenaza económica.
Las leyes electorales, independientemente de la tibieza de las autoridades correspondientes, son claras respecto a las causales de nulidad de un proceso electoral y el régimen todos los días suma argumentos a esa posibilidad.
El entonces candidato de Morena llamaba elecciones libres y tranquilas a aquellas en las que él ganara los comicios y la amenaza era que, en caso de un resultado contrario en aquel 2018, se encargaría de soltar al tigre.
Hoy estamos en la expectativa contraria y no es una suposición.
Hace menos de un mes volvió a llevar a los tigres a sus declaraciones, tal como lo hizo ante los banqueros hace seis años, pero ahora de esta forma inversa.
El Presidente ha jugado con aquello del golpe de Estado técnico y López Obrador dijo que no se podría anular una elección porque sería como soltar a un tigre, o muchos tigres, sus tigres.
La presencia de las dos candidatas en la 87 Convención Bancaria este próximo fin de semana será importante a la luz de sus pronunciamientos de lo que podría venir tras este tan complicado sexenio que está por terminar.
@campossuarez