Andrés Manuel López Obrador llegó eufórico a su última reunión con la Asociación Nacional de Banqueros y como, según él, amor con amor se paga, les soltó sin más: “Me trataron bien y han sido correspondidos: ¡Les cumplí!”.
Los banqueros, al borde de las lágrimas, aplaudieron a rabiar cuando el mandatario les mencionó “el récord de utilidades” y, emocionados hasta el paroxismo, le agradecieron “que no cambió las reglas”. Dios mío, ¡hazme banquero!
No le gustaría a usted que el señor Presidente viéndolo a los ojos le dijera: ¡Te cumplí! y que usted, a su vez, pudiera agradecerle que haya cumplido todas las promesas que nos hizo a todos los mexicanos desde que era candidato al Poder Ejecutivo. ¿Qué pasó al final?
AMLO prometió sacar al Ejército de las calles y regresar a los militares a sus cuarteles, lo cual también era una promesa a los soldados mexicanos de que dejarían de ser los policías de este país. Pues no, hoy el Ejército pone los muertos y el Presidente los abrazos.
Miles de soldados y marinos de la nación no regresaron a los cuarteles, hoy muchos de ellos trabajan como albañiles en las faraónicas obras de López Obrador o, reparando carreteras. Ya no son nuestras Fuerzas Armadas, son ahora peones de obra al servicio de la 4T, ¿les cumplió a ellos?
Hace casi seis años, AMLO juró ante todos nosotros, los que le votaron y los que no, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan. Poco tiempo después, incumpliendo su juramento, exclamó: “No me vengan con que la ley es la ley” y desde entonces no ha cejado en su intento por destruir a la SCJN y someterla a su voluntad personal.
AMLO prometió terminar con la guerra al crimen organizado iniciada por Felipe Calderón, lo que nunca nos dijo es que esa guerra se transformaría en una guerra del crimen organizado contra México. Hoy la cifra de muertos y desaparecidos está en límites que nunca imaginamos. ¿A quién sí le cumplió el Presidente? A México no.
Le prometió al país el mejor sistema de salud del mundo, “como el de Dinamarca”. Hoy millones de mexicanos carecen de los servicios de salud más indispensables y van de farmacia en farmacia buscando los medicamentos que la medicina pública les niega, vamos a llegar al final del sexenio con un sistema de salud tipo Nicaragua, y lo mejor que, según el Presidente, le deja al país en materia de Salud es una “famaciototota”.
Nos prometió un peso fuerte, y dice que lo logró; el peso hoy está por debajo de lo que estaba con Peña Nieto. Lo que nos oculta es que para poder lograrlo y vender esa “ficción” elevó la tasa de interés más de 250 por ciento y hoy los créditos a las empresas están por encima de 20% por ciento y el crédito al consumo muy por encima de 35 por ciento; eso sí, los banqueros felices, felices, felices. ¿Usted que tiene alguna deuda, ya sea en su negocio o con su tarjeta de crédito, cree que le cumplió el Presidente?
Nos juró sobre un altar, que la gasolina nunca subiría en su sexenio, y que para eso construiría una refinería que sería la solución energética que el país necesitaba y que Pemex sería solvente, que nunca más necesitaría un rescate financiero.
La gasolina costaba en 2017, $19.00 por litro, hoy vale $26.00 (un módico 37 por ciento más). La refinería no produce más que gastos y ni un remaldito litro de gasolina y de Pemex que le digo, es un barril sin fondo. Es decir, cumplir, no ha cumplido ni madres.
Ya para no deprimirlo más, querido lector, le menciono por encimita temas como el de las mujeres (nos resultó misógino el inquilino de Palacio), el INE, las pensiones, transparencia y otras lindezas en las que el Presidente no ha visto la palabra cumplimiento ni el diccionario.
@Pancho_Graue
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