Entramos en una etapa electoral cualitativamente distinta en la capital nacional. El riesgo no es la simple polarización propia de la coyuntura sino la afectación de garantías fundamentales como la libertad de expresión. Nunca antes ha ocurrido el intento de mordaza a una de las fuerzas políticas en época comicial en la capital del proceso democrático del país en los últimos 36 años, al menos.

El inaudito atrevimiento opositor podría amenazar el Estado de derecho y no solamente a uno de los actores en la contienda. O quedar en una intentona y una anécdota.

Un riesgo implícito adicional de mayor calado es la probabilidad de un presunto grupo semidelictivo o abiertamente delincuencial de hacerse del poder… si no fuera por la preferencia medida y persistente arrojada por las encuestas y, eventualmente, de una participación masiva electoral este 2 de junio la cual debe aprovechar la ciudadanía en la plenitud de su diversidad.

¿Podrán todos los recursos detrás de la campaña de la oposición, provenientes probablemente de la debacle de la estrategia de Xóchitl Gálvez y de otras fuentes de poder, rescatar del estancamiento de Santiago Taboada según consta en encuestas pagadas y no publicadas a petición de parte interesada y que así lo demuestran? También hay constancia en las publicadas.

El promedio de las encuestas, salvo el curioso caso de Massive Caller y la de El Financiero, señalan una ventaja de Clara Brugada de 14 puntos porcentuales. La opinión publicada, los cuartos de guerra de los participantes y los observadores menos experimentados, indican al tema del cártel inmobiliario como epítome de la corrupción de un segmento opositor y tópico central de la campaña. Es vertebral su permanencia en el debate público.

Por eso la oposición quiere prohibirlo. Por eso la campaña de Clara Brugada lo mantendrá. Santiago Taboada y Jorge Romero fueron multimencionados por el líder del partido Morena, Sebastián Ramírez; la secretaria general de Morena nacional, Citlalli Hernández; la extitular de la Fiscalía General de Justicia, Ernestina Godoy, candidata al Senado, y la propia Brugada: están en el centro de un “modus operandi”, indicaron.

Ante ese “intento de censura”, según Sebastián Ramírez, podría reorganizarse un relanzamiento de participación ciudadana y, sostengo, hasta Morena estaría en condición de reorganizar su propia movilización por la amenaza referida y generar un boost inesperado a su campaña.

El candidato opositor podría no ser omiso respecto de lo ocurrido en su gestión según el senador César Cravioto: al menos 40 inmuebles con 66 pisos de más se construyeron entre 2019 y 2022 cuando era alcalde. Podría Taboada exhibir la inocencia de sus compañeros, de acreditar la integridad al menos de su argumento a favor de un debate democrático sustantivo. O no. Desmentiría a Roberto Gil Zuarth, si no lo hace; “el silencio es evidencia de responsabilidad” según dijo su propio vocero.

 

@guerrerochipres