El poeta, novelista y ensayista español Luis Mateo Díez subrayó la influencia que tuvo en su afición a la escritura el libro de Don Quijote de La Mancha, en su discurso de aceptación del Premio Cervantes.
El autor de 82 años recordó cuando, a temprana edad, se “encaminó” su “destino de escritor”, gracias a “los primeros libros” que les leían los maestros a él y otros niños “embelesados en los pupitres”.
“El libro que escuché con mayor deleite y aprovechamiento fue Don Quijote de La Mancha, y puedo recordar muy bien la mañana de su primera lectura, cuando en el invierno la nevada nos robaba el recreo”, recordó ayer Mateo Díez.
“Mis personajes no tienen tanta nobleza, pero son conscientes de alguna ejemplaridad heroica. A ellos vivo entregado, ya que son quienes me salvan a mí”, concluyó el escritor, uno de los más prolíficos del panorama literario español.
Mateo Díez ayer recibió el galardón de manos de los reyes de España, Felipe VI y Letizia, en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
En esa localidad cercana a Madrid se entrega el premio cada 23 de abril, aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes, el autor de Don Quijote de la Mancha quien nació allí en 1547.
“Es pues un placer y un honor entregar el mayor galardón de las letras en lengua castellana a Luis Mateo Díez, un formidable creador de mundos y de territorios imaginarios, quien, como él mismo dice, vive contando y cuenta viviendo”, señaló FelipeVI.
El Cervantes, dotado con 125 mil euros, ha recaído en autores como Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Guillermo Cabrera Infante, Álvaro Mutis, Eduardo Mendoza, Carlos Fuentes y Sergio Ramírez.
Luis Mateo Díez, miembro de la Real Academia de la Lengua originaria de la región noroccidental de León, cuenta con una obra narrativa, autobiográfica y ensayista que ha sido objeto de importantes galardones, como el Premio Nacional de las Letras Españolas, que le fue concedido. en 2020.
Entre sus obras más destacadas se encuentran Las Estaciones Provinciales (1982), La Fuente de la Edad (1986), los cuentos reunidos en Brasas de Agosto, Las Horas Completas (1990), la autobiográfica Días del Desván (1997), o el ensayo El Porvenir de la Ficción (1999).