Las tensiones en varios campus de Estados Unidos, tras varios días de protestas propalestinas que provocaron detenciones y suspensiones de clases, evidencian las divisiones dentro del Partido Demócrata, ante el descontento de los manifestantes en contra de las autoridades universitarias y policiales.
“Las protestas estudiantiles propalestinas que se han extendido en Estados Unidos han dejado en evidencia las divisiones dentro del Partido Demócrata en un año electoral en que es clave mostrar unidad ante la fortaleza que presenta su rival republicano”, afirmó Gildardo López, académico de la Universidad Panamericana.
López también alerta que estas protestas “pueden ser fuente de división y conflicto dentro de la comunidad universitaria, especialmente cuando las emociones y las posturas políticas son fuertes”.
Durante la noche del lunes, 120 personas fueron detenidas en una manifestación estudiantil en la Universidad de Nueva York (NYU), pero todas fueron liberadas, según un reporte actualizado del Departamento de Policía de la ciudad
En la costa oeste, la Universidad Politécnica Estatal de California anunció que cerraría luego de que manifestantes propalestinos tomaran un edificio administrativo.
“Son un reflejo de la diversidad de opiniones y el compromiso con el activismo social entre los estudiantes. Estas manifestaciones, al igual que cualquier protesta centrada en conflictos internacionales, tienen el potencial de fomentar un debate significativo y educativo sobre temas de derechos humanos, política internacional y justicia social”, aclaró el experto para 24 HORAS.
Pero “es crucial que las universidades manejen estas situaciones con un equilibrio entre permitir la libre expresión y mantener un ambiente inclusivo y respetuoso para todos los estudiantes” porque “al igual que cualquier discusión sobre el conflicto, pueden en ocasiones cruzar la línea hacia el antisemitismo, dependiendo de cómo se expresen las posturas y se manejen los argumentos”, aclaró.
El analista también aclaró que es muy importante el hecho de que las manifestaciones tengan como epicentro Nueva York, una ciudad, en un estado, dominado por los demócratas desde siempre y que cuenta con la mayor comunidad judía del mundo fuera de Israel, además de magnates judíos dentro de los principales financiadores de las universidades.