Las políticas de inteligencia, defensa y seguridad nacional de EU recibieron un duro golpe estratégico con el apoyo de México en la ONU al reconocimiento del Estado palestino, un hecho político que explicaría el enojo del reporte de derechos humanos del Departamento de Estado.
La estrategia mexicana desarrollada por el embajador Héctor Vasconcelos para que Palestina forme parte de la comunidad de naciones de la ONU fue de dimensión histórica como la decisión del presidente Luis Echeverría en su momento para pedir la incorporación de China a la Organización de Naciones Unidas.
El voto mexicano pudiera generar una movilización latinoamericana contra el viejo dominio de Estados Unidos y sus intereses en las grandes decisiones internacionales. Hay que recordar que en 1962, la Casa Blanca ordenó a la OEA que todos los países de la región rompieran relaciones diplomáticas con Cuba por su definición marxista-leninista luego del intento de invasión organizado por la CIA en Playa Girón y que México se negó.
La política exterior mexicana y sus correlaciones no muy visibles con la política de defensa nacional dentro y fuera de las fronteras ha sido un dolor de cabeza de la Casa Blanca de Biden por la influencia, en mayor o menor medida, de la política exterior mexicana en los enfoques diplomáticos regionales.
Luego de muchos años de descuido, Washington está descubriendo que adversarios estratégicos en el (des)equilibrio mundial han entrado ya a América Latina: China, Rusia, Irán, Irak y Corea del Norte ya consideran al continente americano en parte de sus planes de redefiniciones estratégicas internacionales.
En este contexto hay que entender el reciente reporte de Derechos Humanos del Departamento de Estado contra México, con evidencias muy menores de violaciones a las que hubo en el régimen priista cuando la Dirección Federal de Seguridad era operada por la CIA para defender el capitalismo americano ante la fiebre socialista cubana.
Zona Zero
- A punto ya de realizarse las elecciones presidenciales de México, la oposición no ha sido capaz de hacer un diagnóstico sereno y certero sobre la inseguridad en México y, por lo tanto, no ha sabido presentar un proyecto alternativo a la actual. El error político de la oposición ha sido entender que la seguridad es la principal preocupación de los ciudadanos, pero los candidatos opositores no supieron explicar sus propuestas para combatir a la delincuencia en modo de seguridad interior.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh