La fortaleza del peso mexicano y la desaceleración de Estados Unidos fueron clave para que las remesas registraran su nivel más bajo en cuatro años al contraerse 3.36% a tasa anual de acuerdo a especialistas financieros.
Gabriela Siller, directora de análisis financiero del Banco Base detalló que los connacionales en el exterior frenaron el envío de dólares esperando a que su dinero valga más y tenga mayor poder adquisitivo.
En marzo de 2024 las remesas sumaron envíos por 5 mil 20.70 millones dólares, un crecimiento de 11.32% si se mide a tasa mensual, pero negativo a tasa interanual (3.6%).
Al respecto Janneth Quiroz, jefa de análisis económico de Monex, comentó que este resultado puede afectar al consumo y el crecimiento hacia el cierre de año, sobre todo si persiste la caída del envío de dinero en los siguientes meses.
Este debilitamiento del flujo de remesas puede estar relacionado con la desaceleración económica de Estados Unidos y en particular con el deterioro de las condiciones laborales en ese país, pues se ha observado crecimiento en el número de trabajadores que necesitan un segundo empleo (5.2% de los trabajadores totales hasta marzo).
Además creció el número de trabajadores de medio tiempo, que en marzo alcanzaron un máximo histórico de 28.63 millones, representando 17.72% de los trabajadores totales. Incluso la tasa de desempleo aumentó a 3.9%, su mayor nivel desde enero de 2022.
Debido a que el crecimiento anual acumulado muestra una tendencia a la baja, para el 2024 se revisa a la baja la proyección de crecimiento de las remesas en dólares de 8.0% a 4.5% anual, que de materializarse sería el menor crecimiento desde el 2015, agregó Gabriela Siller Pagaza, también académica del Tec de Monterrey.
Juan José Li Ng, economista senior en México de BBVA, detalló que en términos reales las remesas se contrajeron 15.2% en marzo.
“El efecto final en los bolsillos de las familias receptoras de remesas en el país es todavía mayor”.
Añadió que el tipo de cambio promedió en 16.84 pesos por dólar y México recibió 84 mil 600 millones de pesos por remesas, lo que equivale a una contracción de 15.2% en términos reales en los ingresos por este concepto para los hogares receptores que además les significaron un menor valor.