El próximo 2 de junio, México elegirá su futuro en la elección más importante de nuestra historia reciente. Vamos a elegir cómo resolvemos nuestra seguridad, como terminar con la corrupción, la inequidad, la injusticia y tantas cosas que nos preocupan a todos. Sí, más allá de nuestras preferencias políticas o partidistas, todos queremos un mejor país.
Uno de los retos que van a decidir la próxima elección, será lograr abatir la tasa de abstencionismo que ha crecido de forma alarmante los últimos años. Este fenómeno está directamente relacionado con el rechazo (y asco) que millones de mexicanos sienten por los políticos y sus partidos. Se ha señalado erróneamente a la indiferencia o a la pereza como las causas del abstencionismo. Verlo así es un simplismo absurdo.
Los electores jóvenes (18 a 35 años) son los más desilusionados e injustamente señalados como los responsables del abstencionismo. Es urgente decirles que sí hay solución y que, a pesar de sus razones para no participar, hay muchas más para votar el 2 de junio; su novi@, su espos@, sus amig@s, sus padres, sus familias, sus compañer@s de trabajo, sus vecinos, y todas las personas con las que tienen alguna relación cotidiana.
¿Qué nos pasa en México? La mayoría de nuestros gobernantes, de cualquier partido político, ya sean gobernadores, presidentes municipales, diputados o senadores, “ganan” sus elecciones con una tasa de participación que, en el mejor de los casos, no supera 55% y una votación promedio que no supera 45%. Esto quiere decir que en la mayoría de los casos tenemos gobernantes que ¡no superan 30% de representación ciudadana!
Hoy, en México, tenemos gobiernos con muy baja representatividad ciudadana; lo que se traduce en malas o pésimas administraciones que llegan al poder por buenas personas que no votan.
¿Cuál es la consecuencia? Gobernantes legales, pero sin legitimidad; autócratas, corruptos e indiferentes y que sólo le responden a su base electoral, el resto de los ciudadanos no existimos para ellos. Así nos va.
La buena noticia es que sí podemos solucionar este problema; nosotros podemos cambiar esta realidad que nos agobia y forzar a que los gobernantes, electos por una mayoría significativa, gobiernen con responsabilidad.
Derrotemos al derrotismo en el que nos tienen atrapados los partidos políticos de cualquier tipo que ven en el abstencionismo su mejor vía para acceder al poder “a modo”, donde con el voto de unos cuantos pueden controlar a todos a su antojo.
Votar por México debe ser una expresión de la libertad de elegir para que nadie elija por ti. La democracia no es una causa, es la consecuencia de la libertad de elegir de cada uno de nosotros. La democracia existe en función de nosotros, no nosotros en función de la democracia. Al votar, por quién queramos, defendemos nuestro derecho a la libertad.
Votar por México es la única vía de rescatar a la política de las manos de los políticos y los partidos que la han secuestrado en aras de sus intereses personales o partidistas. Sufragar es el acto político más importante e íntimo de cada persona que, desde su perspectiva individual, expresa así el tipo de país con el que sueña. ¿Tú con qué sueñas cuando sueñas con México?
Las y los jóvenes de 18 a 35 años son la mayoría del padrón electoral, sobre todo las mujeres quienes constituyen la gran esperanza del México posible. Ellas y ellos están llamados a ser los héroes de la jornada electoral del 2 de junio, con su alegría y pasión por la libertad, con su capacidad de movilización serán la cadena del cambio que nuestro país necesita.
@Pancho_Graue
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