Integrante de la Selección Nacional que competirá por alguna de las 54 plazas a repartir en la Copa Mundial de Lucha en Turquía, último evento clasificatorio en el calendario rumbo a París 2024, Ámbar Garnica aspira a concretar su objetivo de ser atleta olímpica en la categoría de 68 kilogramos, tras enfrentar una lesión y ahora tener la suerte de ir a esta última fase.
Junto a compañeras como Mariana Díaz , Zeltzin Hernández, Jane Valencia o Melanie Jiménez, en la rama femenil, México tendrá la oportunidad de sumar plazas en este evento a realizarse en la localidad de Estambul, con un requisito mínimo de ubicarse entre los tres mejores de su respectivo peso. Junto a ellas también viajarán Raúl Palacios, Noel Torres, Alexis Rodríguez, Emmanuel Benítez y José Vargas en las categorías varoniles.
Ante la complejidad de tener que sortear en muchos casos los gastos de viajes, entrenamientos y competencias, Garnica Flores ha optado por emprender en su propia marca de ropa deportiva y con ello mantener su carrera deportiva, que hoy con 27 años, le presenta quizás la última oportunidad de alcanzar una justa olímpica.
“Ha sido un proceso duro porque nunca hacen falta las bajas en el deporte y dependemos mucho de nuestras lesiones y recursos económicos. También es importante mencionar que los atletas no solo nos desarrollamos físicamente, sino también psicológicamente”, indicó la capitalina a este medio.
Protagonista dentro de su disciplina desde que se hizo de una medalla de bronce en los Panamericanos de Lima en 2019, Ámbar hoy enfrenta este proceso con mayor madurez, al indicar que así como entrena constantemente en gimnasio y la parte técnica de su deporte, le ha puesto énfasis a su trabajo mental en los últimos años. “Los psicólogos nos piden concentrarnos en las cosas cuyo control tenemos a la mano y no preocuparnos por otras cosas fuera de nuestro alcance”.
Con la necesidad que tiene su deporte de estar en constante fogueo internacional, la mexicana afirma que la situación actual en el país ha llevado a que los mismos luchadores aumenten su nivel para entre ellos ayudarse en los entrenamientos. “México hoy está en un punto medio. No somos malos y claro que podemos llegar a ser potencias, pero nos hace falta mayor exposición internacional. A los mexicanos nos va muy bien en los deportes de combate y en la lucha no somos la excepción”.
Descrita por sí misma como una luchadora aguerrida pero sobre todo valiente, Ámbar señala que en un deporte tan cambiante como la lucha es más importante conocerse a uno mismo y perfeccionar sus cualidades, antes que preocuparse por un rival o estilo de combate en particular.
“En la lucha todos los rivales son diferentes y dentro de la categoría femenil creo que las mujeres somos más versátiles y es difícil planificar estrategias particulares. Lo que yo hago con mis entrenadores es siempre llevar al contrincante a mi lucha”, agregó.