En más de una década, Yucatán perdió 16.1 mil hectáreas de bosque en los últimos 13 años, según datos de la plataforma Global Forest Watch.
En 2010, el territorio yucateco albergaba una extensión de 2.61 millones de hectáreas de bosque natural, representando aproximadamente 69 por ciento de su superficie terrestre.
José Luis Hernández, profesor investigador en la Unidad de Recursos Naturales del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), adviertió que “la deforestación no solo afecta la biodiversidad, sino que contribuye al cambio climático”.
Además, resaltó que “14 por ciento de los gases de efecto invernadero provienen de la deforestación”.
La práctica agrícola y la ganadería son las principales causas de ese déficit, aunque los asentamientos humanos también contribuyen.
El especialista explicó que las principales causas son la conversión de tierras forestales en pastizales para la ganadería y en terrenos para la agricultura. También señaló que “la expansión urbana, como en Mérida, está acabando con áreas verdes”.
Para contrarrestar este problema, Hernández sugirió un ordenamiento territorial adecuado que incluya áreas de conservación y reforestación. Además, enfatiza en la necesidad de reducir la huella de carbono personal, promoviendo el uso del transporte público y una dieta menos dependiente de la carne.
Luis Hernández precisó que cerca de 70 por ciento de la deforestación está relacionada con la conversión de tierras forestales en pastizales, destinadas principalmente a la actividad ganadera. El restante 26.6 por ciento corresponde a la transformación de bosques en áreas agrícolas, mientras que apenas un 2.8 por ciento se atribuye a la expansión de asentamientos humanos.
Para el investigador del CICY, se pierden hábitats naturales, lo que impacta negativamente en la biodiversidad, tanto de flora como de fauna. Además, los bosques desempeñan un papel crucial en la captura de carbono atmosférico, ayudando a mitigar el cambio climático.
Sin embargo, al perder cobertura forestal, se reduce la capacidad de absorción de carbono, lo que contribuye directamente al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El doctor José Luis Hernández explicó que la deforestación no solo tiene efectos locales, sino que también puede provocar cambios climáticos a gran escala. Señaló que las altas temperaturas registradas en la región podrían estar relacionadas con la pérdida de cobertura forestal y el aumento de la urbanización.
En el contexto urbano, agrega, el crecimiento de la ciudad de Mérida también contribuye a la pérdida de vegetación, lo que agrava aún más los efectos del cambio climático. Estudios han demostrado que la deforestación en áreas urbanas afecta directamente la calidad del aire, la temperatura y la biodiversidad local.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), expuestos por el investigador, durante el período comprendido entre 2001 y 2022, se ha registrado un promedio anual de aproximadamente 12 mil 465 hectáreas de bosque perdidas, con un 69% de esta deforestación destinada a la conversión de tierras forestales en pastizales y un 3% a asentamientos humanos.