La inflación al consumidor durante abril de 2024, creció a 4.65% a tasa anual, acelerándose por segundo mes consecutivo ante las presiones en el índice no subyacente (precios de la energía y alimentos frescos).
Un análisis de Alejandro Saldaña de Bx+ registró que los elevados precios de las materias primas complican el panorama para bajar los precios en el corto plazo.
Agregó que la caída en los precios de la electricidad, reflejo del programa de tarifas de temporada cálida en 17 ciudades del país, se eclipsaron por aumentos en precios de energéticos y bienes agropecuarios.
Este periodo, explicó el economista, destacó la baja en servicios relacionados con el turismo, lo cual es usual tras el feriado por la Semana Santa. Saldaña explicó que los servicios se han resistido más a bajar, probablemente por un traspaso más gradual de los choques de años pasados (pandemia, Ucrania) y por su mayor sensibilidad al aumento en salarios.
En abril se observó cierta moderación en los precios de vivienda y en aquellos distintos a vivienda y educación, aunque esto último puede deberse todavía a un efecto base en algunos genéricos (transporte aéreo, paquetes turísticos), pues la Semana Santa se celebró este año algo antes que en 2023, aclaró.
Durante la segunda quincena de abril, la inflación aumentó 0.25% con respecto a la primera mitad del mes donde los genéricos con mayores incidencias en la quincena fueron el huevo, chile serrano, jitomate, gasolina de bajo octanaje y otros chiles frescos. Jessica Roldán, economista en jefe de Casa de Bolsa Finamex, anticipó que la inflación seguirá afectando todo el primer trimestre.
“Vemos las lecturas inflacionarias como una oportunidad para que el banco central refuerce su tono de cautela y la estrategia de discontinuidad que ha sugerido que llevará a cabo recientemente, en un entorno en el que se comienza a observar la tan esperada temida no linealidad del proceso desinflacionario”, agregó el análisis financiero de Jessica Roldán.