La microbiota es el conjunto de microorganismos como bacterias, hongos y virus que habitan en un ambiente específico, principalmente en el intestino, aunque también podría encontrarse en la piel, la boca, etc.
Esta desempeña un papel crucial en la salud, ya que influye en la digestión, en el sistema inmunológico, y la protección contra patógenos. Un equilibrio saludable de esta es esencial para el bienestar general. En caso de un desbalance podría causar distintas enfermedades y trastornos.
Si deseas mejorar la microbiota, es crucial que consumas alimentos ricos en probióticos, como yogur, kéfir y col fermentada, y prebióticos, como ajo, cebolla, puerro, espárrago, alcachofa, tomate y plátano, ya que estos fomentan el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.
En situaciones específicas, los suplementos de probióticos en forma de cápsulas o gotas podrían ser de gran ayuda, especialmente para tratar infecciones graves o prevenir trastornos intestinales en bebés prematuros.
Además de los elementos ya mencionados, tener una dieta equilibrada y rica en fibra también contribuye significativamente a la salud de la microbiota, al igual que evitar el uso innecesario de antibióticos que pueden alterar el equilibrio microbiano.