El departamento de Justicia estadounidense aseguró que Boeing incumplió ciertas condiciones de un acuerdo que evitaba su procesamiento penal por dos accidentes del 737 MAX en los que murieron 346 personas hace aproximadamente cinco años.
Desde ahora, “Boeing puede ser procesada”, escribió el departamento en una carta dirigida a una corte federal en Texas. Los funcionarios judiciales aseguraron que Boeing rompió con sus obligaciones en virtud de un acuerdo de enjuiciamiento diferido (DFA, en inglés) al “no diseñar, implementar y aplicar un programa de ética y cumplimiento para prevenir y detectar violaciones de las leyes de fraude estadounidenses en sus operaciones”.
La justicia estadounidense estudia la posibilidad de procesar, o no, al fabricante que está en medio de una tormenta después de varios incidentes recientes. “Creemos que honramos los términos de ese acuerdo”, dijo Boeing al precisar que la empresa planea su defensa.
Las autoridades estadounidenses también tienen previsto reunirse con las familias de los fallecidos en los accidentes del vuelo 610 de Lion Air y del vuelo 302 de
Ethiopian Airlines.
“Se trata de un primer paso positivo, y para las familias, uno muy esperado”, dijo el abogado Paul Cassell, que representa a los deudos. Cassell pidió al Departamento de Justicia que tome más medidas y añadió que buscaría detalles con respecto a una “solución satisfactoria” a las irregularidades de Boeing.
El primer accidente involucró a un 737 MAX 8 operado por Lion Air, en octubre de 2018 en el mar de Java en Indonesia y dejó 189 muertos.
En marzo de 2019, un Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines se estrelló al sureste de la capital etiope Adís Abeba, matando a las 157 personas a bordo.
Fue el segundo accidente en cinco meses para esa línea de aeronaves. Ambas naves se estrellaron poco después del despegue y las investigaciones posteriores apuntaron a problemas con el sistema de vuelo automatizado.
Estos aviones fueron retirados temporalmente de servicio o vetados del espacio aéreo internacional. Boeing enfrenta múltiples investigaciones y auditorías en EU y en otros países y defiende que está trabajando “con total transparencia y bajo la supervisión” de los reguladores del regulador estadounidense de la aviación civil (FAA). La firma está bajo la lupa tras varios accidentes registrados en los últimos meses.