La presidenta de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra (PRI) urgió a replantear la política energética en México e iniciar una real transición hacia las energías limpias y renovables.
Enfatizó que se deben reducir los gases de efecto invernadero que dañan la salud y la economía de las familias mexicanas, por lo que es necesario bajar a casi la mitad en 2030 y alcanzar el cero neto en el 2050.
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“En ciudades capital, como la CDMX, Guadalajara o Monterrey, los niveles de ozono son alarmantes y obligan a la reducción de actividades industriales y la movilidad de la población, sin embargo, se pagan muy altos costos económicos y de salud pública, por lo que debemos valorar que, por ejemplo, el costo de la electricidad proveniente de la energía solar cayó alrededor del 85 por ciento entre los años 2010 y 2020”, recordó la diputada presidenta.
En un comunicado, Guerra expuso que según los Costos Totales por Agotamiento y Degradación Ambiental (CTADA) que mide el INEGI, en 2021, México destinó 4.6% del Producto Interno Bruto (PIB) a atender esta problemática.
Tan solo las emisiones al aire representaron el mayor costo ambiental, al alcanzar un monto de 660 mil 333.8 millones de pesos, monto superior a los 576 mil millones de pesos que en 2019 el Gobierno destinó al funcionamiento del sector salud, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), indició la prisita.
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Agregó que datos oficiales señalan que más de 8 mil personas murieron de forma prematura en 2022 a consecuencia de los daños en la salud que provocó la alta contaminación en la Ciudad de México.
La presidenta de la Cámara de Diputados insistió en que se tienen que diseñar políticas públicas para diversificar las fuentes de suministro de energía, con mayor utilización de solar o eólica y así lograr un desarrollo sostenible, limitar la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), lo que va en línea con los compromisos reflejados en la Conferencia de París sobre cambio climático COP21 y la Agenda 2030.
“México”, continuó, “se encuentra en el dilema de aprovechar los recursos energéticos de forma racional, sustentable y con apego a los principios de soberanía nacional, eficiencia económica y utilidad social o seguir quemando combustibles fósiles, con el daño al medio ambiente y la salud de los mexicanos”, concluyó.