A siete años de su primera victoria en un Masters 1000, en la misma tierra batida de Roma, el alemán Alexander Zverev conquistó su tercer torneo de la categoría al vencer a Nicolás Jarry en la final 6-4 y 7-5, para afirmar su regreso a la élite del tenis internacional y dejar atrás los años de lesiones que él mismo ha confirmado lo han relegado en los últimos campeonatos.
“No sabía si iba a tener la posibilidad de volver a este escenario, ya sea ganando o perdiendo. El sacrificio que hacemos para recoger este tipo de premios es increíble”, indicó el germano, quien se hizo de esta victoria en territorio romano, en apenas una hora y 41 minutos de partido.
Quinto sembrado para Roland Garros, que inicia actividades de clasificación esta semana, Zverev aseguró que con el título logrado en Roma refrenda sus cualidades para pelear cualquier campeonato y con cualquier rival, además de ubicarlo en un nivel en el que solo puede haber mejoras. “Soy alguien que sé que cuando no juega bien puedo perder ante cualquiera pero cuando lo hago bien, puedo ganarle a cualquiera. Esa es mi mentalidad”.
Aunque para el segundo Grand Slam del año prevé un nivel más alto al visto en Roma, a la espera de ver a rivales como Novak Djokovic, Carlos Sainz o Jannik Sinner como candidatos a la corona, Zverev no mostrará confianza para tal certamen al que describió como el torneo que más ganas tiene de jugar.
“Estoy feliz de haber podido hacerlo aquí justo antes de Roland Garros. Ojalá pueda seguir así y jugar un mejor tenis. Es una cita que marcó en el calendario y el torneo que quiero ganar. Voy a hacer todo lo que pueda este año”, agregó.