China expresó ayer que las maniobras militares en marcha en torno a Taiwán ponen a prueba la capacidad de sus fuerzas armadas para tomar el poder de esta isla de gobierno autónomo.
Los ejercicios aéreos y navales de dos días iniciados el jueves ponen a prueba “la capacidad conjunta para tomar el poder, atacar conjuntamente y controlar territorios claves”, dijo el portavoz militar Li Xi, según medios estatales de China.
El jueves, barcos y aviones del ejército chino rodearon Taiwán en unas maniobras descritas por un portavoz diplomático de Pekín como una “seria advertencia” a los “independentistas” de esta isla, que acabarán “ensangrentados”.
Los ejercicios, bautizados “Joint Sword-2024A”, llegan tras la investidura el lunes de Lai Ching-te como nuevo presidente de Taiwán, con un discurso que Pekín denunció como “una confesión de independencia”.
China y Taiwán se gobiernan separadamente desde 1949, pero Pekín reivindica su soberanía sobre la isla y no descarta el uso de la fuerza para tomar su control.
Las maniobras forman parte de una campaña de presión a las autoridades de Taipéi, con incursiones casi diarias de aviones y naves a los alrededores de la isla.
El ejército chino dijo que estas últimas maniobras son “un fuerte castigo por los actos separatistas de las fuerzas de la ‘independencia de Taiwán'”.