A golpe de inversiones multimillonarias, Arabia Saudita maniobra para convertirse en un centro global de la industria del videojuego que produzca franquicias de éxito mundial, afirma el príncipe encargado de esta estrategia.
“Queremos convertirnos en un centro mundial del videojuego y el deporte electrónico”, afirma el príncipe Faisal bin Bandar bin Sultan Al Saud, presidente de la Federación Internacional de Deportes Electrónicos (IESF, por sus siglas en inglés) en una entrevista durante una visita a Tokio.
En el marco de su programa Vision 2030 para diversificar una economía basada en el petróleo, el reino ya ha invertido 38 mil millones de dólares en esta estrategia de videojuegos, criticada por los defensores de los derechos humanos como un modo de blanquear la imagen de un país donde se encarcela a los disidentes y son habituales las ejecuciones.
El objetivo de Riad es crear 39 mil empleos vinculados al videojuego o los deportes electrónicos y que estos sectores lleguen a generar un 1% del PIB antes de 2030.
Este verano organizará una copa mundial de los deportes electrónicos, que repartirá más de 60 millones de dólares a los ganadores y espera captar a millones de aficionados.
Los videojuegos y el deporte electrónico “hacen pensar naturalmente” en países como Japón o Corea del Sur, pero “queremos que Arabia Saudita forme parte de esta conversación”, afirma el príncipe Faisal.
Sin embargo, el príncipe reconoce que ve los deportes electrónicos como “una puerta de entrada” a una ambición mucho mayor, porque “lo que queremos construir es una industria holística” de los videojuegos.
Para lograrlo, el reino adquirió en 2023 Scopely, un estudio californiano especializado en juegos para teléfonos móviles, por 4 mil 900 millones de dólares.
Su juego “Monopoly Go”, lanzado el año pasado, generó 2 mil millones de dólares de ingresos en sólo 10 meses. Y se avecinan otras grandes adquisiciones, advierte Brian Ward, el CEO de Savvy Games, el grupo propiedad del poderosísimo Fondo Saudita de Inversión Pública, en el centro de la estrategia de videojuegos del país.
“Nunca nos detenemos. A toda máquina, todo el tiempo”, insiste este ex ejecutivo de Activision Blizzard. También espera que, con el tiempo, Savvy pueda aprovechar las enormes inversiones del fondo en grandes estudios internacionales como el estadounidense Activision Blizzard y los japoneses Nintendo y Capcom.
“Encontraremos formas de establecer asociaciones más significativas con ellos, más allá de la mera búsqueda de un rendimiento financiero”, por ejemplo en los deportes electrónicos o para ayudarlos a darse a conocer en Oriente Medio, afirma.