Francisco con un monólogo humorístico de media hora, en la misa de clausura de la primera Jornada Mundial de los Niños en el Vaticano.
El ganador de tres premios Oscar en 1999, aportó un toque de desenfado al final de una ceremonia esencialmente religiosa, saludando primero a “todas las personas importantes” y fingiendo después de haber olvidado al Papa.
Ante las risas del público, el actor se giró inmediatamente hacia el Pontífice y le dijo: “Me gustaría ir a abrazarlo, o bailar un tango ya que es usted argentino”.
“Antes de entrar, dos guardias suizos se me acercaron y me dijeron: ‘Señor Benigni, puede hacer lo que quiera excepto una cosa. No puede tocar al Papa’. Un beso, debo poder darle un beso, ¿de qué sirven los besos si no? ¿Se pueden dar?”, prosiguió antes de acercarse al representante del Vaticano y besarle en ambas mejillas.
Benigni conservó el mismo tono durante media hora, alternando humor y consejos para los niños, proponiendo que el pontífice fuera su compañero de candidatura para la próxima elección del papa, o pidiendo a los pequeños que alimentan sus sueños, porque entre ellos puede esconderse el primer papa africano o asiático, o la primera mujer Papa.
Francisco había clausurado previamente la primera Jornada Mundial de los Niños con una tradicional misa en la plaza de San Pedro, a la que asistieron decenas de miles de fieles, infantes y padres.
El papa argentino, de 87 años, comenzó la misa, a la que también acudió la jefa del Gobierno italiano, Giorgia Meloni, pidiendo a los niños que “recen sobre todo por la paz” y sustituyendo a última hora una larga homilía por una mini lección de catecismo.