Pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo “no meterse” en las elecciones europeas, hizo votos para que las “fuerzas progresistas” venzan el 9 de junio.
Este lunes, al pedírsele su opinión sobre el avance de la ultraderecha en el “viejo continente”, el mandatario mexicano dijo que para él se trata de “derecha” a secas, y que le complace “hay un despertar” del progresismo en aquel continente y que:
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“Ojalá les vaya bien en la elección, creo que el 9 de junio, les deseo que les vaya bien porque de lo contrario no hay salida para Europa porque la política económica conservadora no es opción”.
A la par, dijo que le da mucho gusto que Europa esté en un proceso de definición en el que ya no habrá “justo medio, medias tintas” sino que la situación se ceñirá a:
“¿Vas a estar a favor del pueblo, de las causas justas o vas a estar a favor de la oligarquía, de los corruptos, de los autoritarios? Eso va a ayudar muchísimo”.
Aunque apostilló que:
“No podemos meternos, pero es una reflexión de cómo vemos el mundo, tenemos que estar pendientes, no es solo ver el árbol, hay que ver el bosque para entender mejor lo que pasa en el país. Eso sí, somos provincianos, no somos de la aldea global, somos de Macuspana, pero sí estamos pendiente”.
Conocidas como el “9-J” las elecciones serán del 6 al 9 de junio para elegir a 720 representantes parlamentarios para los próximos 5 años; se tiene contemplado que participen alrededor de 440 millones de ciudadanos europeos.
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Según analistas, se prevé que ningún partido logre la mayoría absoluta, además se pronostica un crecimiento de la extrema derecha que se divide entre Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) que incluyen a Vox o el partido de la premier italiana, Giorgina Meloni, e Identidad y Democracia, con partidos como el de la derechista francesa, Marine Le Pen.
Además, también está en juego -consideran algunos- la estabilidad de la propia Unión, que enfrenta temas “calientes” como la migración, las guerras en Ucrania y Palestina, o la creación de impuestos europeos.