La exposición “Casts” de la artista danesa Nina Beier provoca salas vacías en el Museo Tamayo
Foto: Especial | La exposición “Casts” de la artista danesa Nina Beier provoca salas vacías en el Museo Tamayo  

A unos días después de la polémica generada en redes sociales, las instalaciones del Museo Rufino Tamayo permanecen solitarias y en silencio pese a celebrar 43 años de su inauguración.

El pasado jueves 23 de mayo, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México inauguró TRas, en la cual fueron utilizados perros vivos para realizar un performance.

De acuerdo con fichas técnicas proporcionadas y difundidas por el museo y la artista, esta sección de la exposición se titula “Tragedy 2011”. Aquí, los perros permanecían recostados sobre una pila de finos tapetes suaves simulando estar muertos, mientras los visitantes del museo observaban. No se tiene muy claro por cuánto tiempo los animales debían permanecer en estado inmóvil.

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La opinión pública no se hizo esperar, y tanto la Secretaría de Cultura como el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (instituciones encargadas de curar, montar y organizar la exposición en el Museo Tamayo) recibieron fuertes críticas a través de redes sociales.

En respuesta, el 25 de mayo la Secretaría de Cultura lanzó un comunicado expresando lo siguiente: “En la Secretaría de Cultura respetamos los criterios de programación del INBAL y sus museos en favor de la libertad creativa. Sin embargo nunca estaremos de acuerdo el vulnerar los derechos de seres sintientes. Solicitamos al Museo Tamayo no repita el performance aludido.”

Al momento de la visita, el museo experimentaba muy poca afluencia de gente, pese a ser una fecha de celebración y conmemoración.

Las salas de exposición de la artista danesa, contaban con 3 o 4 personas en promedio, a comparación de las decenas de personas que visitaron el Rufino Tamayo durante los primeros días de inaugurada la exposición.

Pudimos conversar con algunos visitantes del museo. Andrés, de 50 años, expresó lo siguiente respecto a la controversia: “No entiendo cuál es el problema. No entendí cuál es el estrés del perro. ¿Es parte de, no? Es un performance”.

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Por otra parte, Karla, de 29 años, manifestó no estar enterada de lo sucedido. Al ser informada, mencionó:

“Está difícil… porque sí eran reales (los perros). Es un tema de maltrato, es un límite que hay que poner y está bien que la hayan suspendido.”

Hablando con personal de la Secretaría de Cultura y con elementos de seguridad del museo, se limitaron a comentar que no podían expresarse de manera alguna con respecto a la exposición, ni en torno al criticismo negativo recibido por parte de la población capitalina.

CSAS