Las campañas “fresas’’, como las calificó el presidente López Obrador, terminaron con el asesinato del candidato de la colación PAN-PRI-PRD a la alcaldía de Coyuca de Benítez, Guerrero, Alfredo Cabrera.

 

El político llegaba al templete en donde daría su discurso de cierre de campaña cuando un sicario le disparó directo a la cabeza.

 

No se sabe si el delincuente fue detenido.

 

Tres horas después del crimen, ni la gobernadora ausente, Evelyn Salgado, ni el gobernador de facto, Félix Salgado Macedonio, habían expresado “su condena enérgica’’, porque estaban coordinando a los cientos de guerrerenses acarreados al cierre de campaña de Claudia Sheinbaum.

 

Aún con este antecedente -el día previo fue asesinado el candidato suplente a la presidencia municipal de Cuautla, Morelos-, ayer el INE rechazó atraer el mapa de riesgos electorales que presentó la oposición.

 

Hace casi tres semanas, la oposición realizó un mapa de riesgos en el que advertía condiciones de riesgo en por lo menos 50,000 de las 170,000 casillas que se instalarán el día de la votación.

 

El Consejo General del Instituto justificó su decisión con el argumento de que corresponde a las autoridades de seguridad garantizar las condiciones para que los votantes y los funcionarios de casillas cumplan sin contratiempos sus obligaciones.

 

Lo que sí hizo el INE, es ordenar que ese mapa de riesgos fuera entregado al gabinete de Seguridad, ese que se reúne diario a las 6 de la mañana, para que por lo menos tenga conocimiento de los sitios que preocupan a la oposición.

 

No se trata de “politiquería’’, como Sergio Gutiérrez, representante de Morena en el Senado y fallido candidato a gobernador de Veracruz, recriminó a la oposición por hacer énfasis en la necesidad de garantizar la seguridad de votantes y funcionarios el próximo domingo.

 

Ahí están los muertos y los números de atentados en contra de candidatos de todos los partidos, incluidos los de Morena, que no están descafeinados para ser presentados en una conferencia Mañanera.

 

Eso, sin contar la cifra negra de amenazas no reportadas pero que han obligado a cientos de ciudadanos a renunciar a ser representantes de alguna coalición por miedo a las represalias de la delincuencia organizada o de las instituciones.

 

Ojalá no sea un mal augurio para lo que puede suceder el domingo próximo.

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Claudia Sheinbaum cerró campaña en el Zócalo de la CDMX, en medio de contingentes acarreados de casi todo el país.

 

La candidata del partido oficial dijo que entregará su alma, vida “y lo mejor de mí misma por el bienestar del pueblo de México, la dignidad de la República y la patria’’.

 

También se comprometió – ¡obviamente! – a “guardar el legado’’ de López Obrador, pero no dijo en dónde.

 

Por cierto, el gobierno de la capital informó en un boletín que los asistentes al evento habían sido ¡550,000! lo que generó cualquier cantidad de memes en las redes sociales.

 

¿Por qué tan poquitos si podían pegarle a los tres millones?

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Algo pasó en Querétaro capital, con el candidato panista a la presidencia municipal, Felipe Fernando Macías Olvera, que no hizo públicas, en el último día de campaña, las encuestas que mandó a levantar y que confirmaban su ventaja sobre José María “Chema’’ Tapia.

 

Ambos candidatos se vieron inmiscuidos en días recientes en escándalos de propiedades compradas con recursos de origen desconocido.

 

La pelea está cerrada y al cierre de las campañas la moneda sigue en el aire, aunque en términos prácticos, “Chema’’ Tapia logró en pocos meses, pasar de ser un célebre desconocido a un competidor serio por la capital del estado.

 

     @adriantrejo