Las antigüedades robadas, vendidas ilegalmente y finalmente recuperadas tienen un santuario en Italia, el Museo del Arte Salvado, instalado en las termas de Diocleciano, en el centro de Roma, y en el que se relata la historia de las obras expuestas.
Los paneles junto a cada obra relata, cómo fueron saqueadas durante excavaciones clandestinas en necrópolis etruscas al norte de Roma o en la región de Puglia, la forma en que fueron sacadas ilegalmente de Italia a través de redes de anticuarios, y su venta a coleccionistas extranjeros.
Algunos de estos objetos “fueron vendidos o donados a los grandes museos estadounidenses”, explica el director de este museo, el arqueólogo francés Stéphane Verger.
Desde hace años Italia ha iniciado procedimientos jurídicos y diplomáticos para recuperarlos. El último éxito fue la recuperación de tres estatuas de terracota que representan Orfeo y las sirenas, que el Museo Getty de Los Ángeles decidió devolver a Italia en 2022 tras reconocer que provenían de “excavaciones ilegales”.
De vuelta a su patria el trío está expuesto en el Museo de Artes Salvadas en una exposición sobre terracotas italianas.
El recinto quiere presentar estas obras recuperadas en exposiciones temáticas. “Los objetos no permanecerán aquí”, explica Verger. “Después de ser expuestos durante un tiempo serán repatriados a los museos italianos”, que los habrían exhibido si no se hubieran sido vendidos ilegalmente, indica.
ARTE SAQUEADO
“Las excavaciones clandestinas tienen consecuencias muy negativas sobre el conocimiento de las culturas antiguas“, lamenta Verger.
En el caso de las necrópolis, especialmente las que son blanco de los famosos “tombaroli” (saqueadores de tumbas), un objeto robado es una pérdida en sí mismo; pero el hecho de ignorar las circunstancias exactas de su descubrimiento altera irremediablemente los conocimientos que podrían extraerse de él.
El museo está cerrado temporalmente por obras ya que Roma se prepara para el jubileo de 2025, año declarado santo por el papa Francisco, durante el cual se esperan millones de católicos en la ciudad eterna.
Un estado transitorio que hace eco a la manera en el que fue concebido: en perpetuo movimiento.
Y aún queda mucho por hacer. A principios de mayo el tribunal europeo de Derechos Humanos falló a favor de Italia en la disputa que lo enfrenta al museo Getty respecto a la propiedad de El Atleta de Fano, espléndida estatua de bronce hasta ahora expuesta en Estados Unidos.
La estatua del siglo IV aC, descubierta hace 60 años en el mar Adriático por pescadores italianos en la costa de Fano, fue vendida inmediatamente y cambiada varias veces de manos antes de que Italia pudiera ejercer su derecho de preferencia.
La obra, que representa a un atleta desnudo (o el príncipe macedonio Demetrio Poliorcetes según algunos), reapareció en el mercado del arte en 1974 y fue adquirida en Múnich por el Museo J. Paul Getty por 3.9 millones de dólares.
Un ejemplo de recorrido emblemático de las piezas saqueadas en el territorio italiano, cuna de múltiples civilizaciones que todavía está llena de tesoros por descubrir.