TRAGEDIA. El estruendo alertó a los habitantes cercanos, pero muchos fueron atrapados por el constante flujo piroclástico.
Foto: AFP | TRAGEDIA. El estruendo alertó a los habitantes cercanos, pero muchos fueron atrapados por el constante flujo piroclástico.  

Este día marca el sexto aniversario de una de las tragedias naturales más devastadoras en la memoria reciente de Guatemala. El estallido del volcán de Fuego dejó un escenario desolador, cobrándose cientos de vidas y dejando una huella imborrable en la historia del país centroamericano.

Los hechos ocurrieron un domingo por la mañana, cuando el rugido del volcán alertó a los habitantes cercanos. A pesar de los esfuerzos por evacuar y refugiarse, muchos fueron atrapados por el flujo piroclástico, una avalancha de gases volcánicos y material caliente que sepultó bajo tres metros de fango y roca a la comunidad de San Miguel Los Lotes. Los números oficiales reportaron 215 fallecidos y cientos de personas desaparecidas.

Los voluntarios que llegaron a San Miguel Los Lotes, la población más afectada, se enfrentaron a un panorama desolador. La tierra aún ardía bajo sus pies, mientras el agua subterránea hervía, dificultando la tarea de recuperar los cuerpos de los fallecidos. A pesar del peligro, los héroes anónimos se dedicaron a enterrar dignamente a las víctimas, brindando un mínimo consuelo a las familias afligidas.

A seis años de la tragedia, el volcán de Fuego aún presenta actividad, mientras que cientos de familias aún recuerdan a las personas que perecieron y otras más aún buscan a las personas que nunca aparecieron entre los escombros que dejó la lava.