El pasado 2 de junio, se llevó a cabo en México un proceso de elecciones para diversos cargos políticos, entre puestos locales y federales, del cual ya se sabe casi de manera oficial el resultado.
Una vez conocidos los candidatos electos, estos deben esperar a recibir su nombramiento oficial como responsables del puesto que se les ha encomendado para poder comenzar el proceso de transición gubernamental con el saliente en el cargo.
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Pero, ¿de qué va ese tiempo entre el nombramiento y la toma de posesión en los cargos políticos?
Los trabajos de entrega y recepción entre gobiernos entrantes y salientes se llevan a cabo en el periodo de tiempo entre los nombramientos oficiales y la fecha en que termina la gestión en curso.
El proceso se divide en fases: Preparación, instauración y el inicio de la consolidación, para lo cual se nombra un coordinador que estará encargado de organizar las actividades en los diferentes rubros, político, económico, social, etc.
Generalmente, ambos funcionarios mantienen una serie de reuniones en donde se comparte información sobre temas coyunturales que el entrante debe dominar antes de asumir el cargo y se discuten cambios y transformaciones en el ámbito institucional.
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La duración del proceso de transición deberá estar sujeta a la Ley Electoral vigente y terminaría virtualmente el día de la toma de protesta del cargo en cuestión.
En nuestro país, el periodo de transición para el puesto de presidente de la República comenzará una semana después de terminado el proceso electoral y durará 91 días para terminará el próximo 1 de octubre de 2024, cuando deje su cargo el actual primer mandatario.
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Cabe resaltar que en México, el periodo presidencial actual durará poco menos de 6 años debido a una reforma a la ley en materia político electoral, que señala que deberá dejar el cargo el 1 de octubre y no el 1 de diciembre como se hacía habitualmente, acortando así también el periodo de transición.