El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó ayer una orden ejecutiva que restringirá las solicitudes de asilo en la frontera con México, con el objetivo de “asegurar” la frontera entre ambos países. Esta medida, que aborda un tema crucial en las elecciones presidenciales de noviembre, marca una acción decisiva en la política migratoria de su administración.
“He venido hoy aquí para hacer lo que los republicanos en el Congreso se niegan a hacer: tomar las medidas necesarias para asegurar nuestra frontera (…). Arreglemos el problema y dejemos de pelearnos por él”, afirmó Biden.
La orden permitirá a las autoridades deportar a quienes no cumplan con los estándares de asilo cuando se superen las 2,500 detenciones diarias en la frontera, promediadas en un periodo de siete días, detalló Andrew Bates, portavoz presidencial.
Asimismo, Bates aseguró que para el presidente “la seguridad de las familias estadounidenses debe ser siempre lo primero” y que esta medida impedirá que quienes crucen ilegalmente la frontera sur puedan recibir asilo.
Las autoridades señalaron que se espera que las restricciones entren en vigor de inmediato, ya que los cruces de migrantes ilegales superan actualmente el umbral establecido.
Asimismo, la orden ejecutiva prevé que se reabra la frontera cuando la cantidad diaria de solicitantes de asilo sea inferior a 1,500 personas.
Biden busca ajustar su política migratoria tras encuestas que indican que este tema será determinante para su reelección en la contienda contra Donald Trump.
Las reacciones republicanas
El equipo de campaña de Trump desestimó esta iniciativa, calificándola como inadecuada para la seguridad fronteriza. En su comunicado, reiteraron la postura del expresidente, quien sostiene sin fundamento en datos oficiales, que los inmigrantes irregulares son responsables del aumento de los delitos violentos.
Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, criticó la orden ejecutiva, afirmando que “de hecho, autoriza a 2,500 extranjeros a cruzar ilegalmente y proporciona un incentivo que atraerá aún más inmigrantes ilegales”.
En la misma línea, senadores como John Kennedy y Ted Cruz coincidieron en que el anuncio fue motivado por la proximidad de las elecciones.
Sin embargo, la Casa Blanca ha enfatizado que Biden intenta abordar un sistema de inmigración “fallido desde hace décadas” y ha acusado a los republicanos en el Congreso de no cooperar.