A diferencia del actual mandatario, la próxima Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, conoce de primera mano y valora la importancia de la ciencia y la educación para una nación, y la elección de Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM, como cabeza del equipo de transición muestran que, al menos al inicio, la apuesta es por el conocimiento y la política de alto nivel más que por la grilla.

A De la Fuente le tocó encabezar a la UNAM después de un paro estudiantil de casi un año y resolver el conflicto, en el que, incluso, se estrenó la ya desaparecida Policía Federal Preventiva, y hasta hubo algunos estudiantes detenidos, algunos acusados por el gobierno zedillista, de “terrorismo”.

El exrector no tiene filiación partidista, y una anécdota muestra ese distanciamiento de los partidos: cuando Ernesto Zedillo lo invitó a ser secretario de Salud, el académico le advirtió que antes que nada debería saber que no estaba afiliado al PRI, a lo que el expresidente le respondió que no tenía problema si no quería pagar sus cuotas partidistas… Por muchos años hizo equipo con José Narro Robles, ahora oficialmente en el PRI, pero se distanciaron por diferencias políticas cuando lo sustituyó en la rectoría.

El ahora integrante del equipo de Sheinbaum fue un presidenciable sin partido, pero él siempre fue claro: si se tenía que confrontar con Andrés Manuel López Obrador no le interesaba, ni siquiera escuchar una propuesta… y finalmente terminó trabajando con él como embajador de México en la ONU.

Como De la Fuente, hay otro investigadores y académicos en la construcción de las políticas y planes de la virtual ganadora de la Presidencia de México y que participaron en los Diálogos por la Transformación que él encabezó, como David Kershenobich, quien ha construido el proyecto de Salud, o el especialista en Desarrollo Rural y Soberanía Alimentaria, Julio Berdegué, quien ha realizado un trabajo intenso y elaborado del plan para el campo mexicano que contempla mantener todos los programas sociales para el campo, pero incluir programas de financiamiento y tecnología… o su gran amiga Rosaura Ruiz, expresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y secretaria de Educación y Tecnología en la CDMX.

Pero además de los científicos y académicos, junto a la doctora también hay grillos, sindicalistas, políticos de carrera que han saltado de un partido a otro, como Javier Corral, o el mismo Mario Delgado, o el exministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, quien si bien es un especialista del Poder Judicial, en los últimos meses ha sobresalido más por la estridencia de sus descalificaciones a miembros de la oposición, o Gerardo Fernández Noroña.

 

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La sorpresa de Alessandra

Para el frente PRI, PAN y PRD en la Ciudad de México fue una sorpresa el triunfo en la alcaldía Cuauhtémoc, pues no esperaban que la activista Alessandra Rojo de la Vega venciera a Catalina Monreal. Sin mayor apoyo de las dirigencias de los partidos de la alianza, Rojo de la Vega hizo sus propios acuerdos hasta conseguir el respaldo de organizaciones de la sociedad civil que se ubican en el corazón de la ciudad y, sobre todo, de los comerciantes que le dieron el triunfo en las urnas, a pesar de que en el resto de los cargos disputados, incluso a la Jefatura de Gobierno, ganó  la 4T.

 

   @chimalhuacano