El cerco judicial se estrecha en torno a la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien fue citada a declarar a principios de julio como investigada en un caso de presunta corrupción y tráfico de influencias que el líder socialista tildó de “zafio montaje”.
Desde que se anunció esta investigación contra Begoña Gómez, el tema se ha convertido en una pesadilla para el socialista Sánchez, quien llegó a anunciar, sorpresivamente, que consideraba renunciar, algo que finalmente no hizo.
El asunto escaló ayer, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anunció que la esposa del presidente estaba citada a declarar como examinada el 5 de julio.
En un breve comunicado, la justicia explicó que Gómez debe comparecer “en calidad de investigada” por los presuntos “delitos de corrupción en el sector privado y tráfico de influencias”.
“Estamos absolutamente tranquilos. No hay nada detrás de esta acusación, sólo un zafio montaje”, escribió el líder español en su carta publicada en la red social X, señalando a la oposición de derechas de explotar el caso para su conveniencia.
Sánchez aseguró que su decisión de seguir al frente del Gobierno “es más firme que nunca”, y que su esposa es “una mujer trabajadora y honesta que reivindica su derecho a trabajar”.