Su tacto de elefante y la cruda que por lo visto aún trae por la victoria de Morena, motivó que el aún coordinador de los diputados de Morena y futuro senador, Ignacio Mier, provocara una depreciación del peso superior al 2 por ciento.

 

El tipo de cambio se mantenía estable hasta la conferencia de Mier, que no se aguantó las ganas de anunciar que en septiembre se aprobarán las 18 reformas propuestas por López Obrador, congeladas en las Cámaras de Senadores y Diputados.

 

Entre ellas (lo dijo bien clarito), la desaparición de los organismos autónomos (INE, Inai, Cofece, Cofetel), que desde que llegó Morena al poder los ve como un estorbo, y la temida reforma al Poder Judicial “para que los jueces sean electos a través del voto popular’’.

 

Ni bien le habían quitado las grabadoras y los micrófonos del atril cuando el peso comenzó a depreciarse frente al dólar.

 

Nuestra moneda fue la más devaluada en el mundo ayer, porque se quiera o no, los inversionistas no ven certidumbre jurídica con anuncios como el del ínclito diputado Mier.

 

Tuvo que llegar de apagafuegos Ricardo Monreal para matizar las declaraciones de su compañero de partido.

 

El zacatecano dijo que Morena no se iba a precipitar y que habría diálogo con la oposición.

 

Eso, y el hecho de que la candidata ganadora Claudia Sheinbaum hablara con los presidentes de los principales organismos financieros y de comercio internacionales calmaron temporalmente las aguas.

 

El factor económico, las expectativas que generan las promesas de campaña de la candidata ganadora y el déficit fiscal que arrastra el país son las principales preocupaciones de la ganadora y su grupo.

 

No está fácil cumplir con las expectativas generadas por Sheinbaum ni con los compromisos realizados antier por Rogelio Ramírez de la O: reducción del endeudamiento hasta hacerlo sostenible en el mediano plazo en torno al 3% del PIB.

 

Tan solo para este año, el gobierno se endeudará con dos billones de pesos para completar el presupuesto y poder pagar los programas sociales.

 

A menos que los recortes al gasto el próximo año sean de verdad brutales, no se ve cómo puedan mantenerse los programas sociales, cumplir las promesas de campaña y aumentar los beneficiarios de dichos programas sin endeudarse.

 

Y si a ello le suman que desde ya connotados morenistas anuncian la aniquilación de los contrapesos, pues como que la primera pincelada de lo que será la próxima Legislatura (y por ende el próximo gobierno) deja muchas dudas.

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Monreal, por cierto, está haciendo su lucha para quedarse con la coordinación de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y por ende con la presidencia de la Junta de Coordinación Política.

 

Si acaso le hacen sombra por ahí, Leonel Godoy y el también zacatecano Alfonso Ramírez Cuéllar, ambos militantes de Morena con cierto pedigrí, pero lejanos a los afectos de la candidata ganadora.

 

Puede que Monreal sea el nuevo pastor del rebaño guinda-verde y rojo, pero todavía faltan unas semanas para saberlo.

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Xóchitl Gálvez no acudió a la sesión de la Comisión Permanente ayer, como se había previsto, solo se presentó su aviso de reincorporación a su escaño como senadora.

 

Conforme pasan los días, comienzan a hacerse públicas las diferencias que sostuvo durante toda la campaña con Marko Cortés, principalmente, lo que ha roto la relación entre ambos.

 

      @adriantrejo