Foto: especial | En peligro. De acuerdo con el último censo va de 4 mil a 5 mil ejemplares, señala especialista  

En una medida destinada a redefinir el mercado de vehículos eléctricos (VE), la Unión Europea (UE) ha anunciado la imposición de mayores aranceles a los automóviles eléctricos chinos, a partir del 4 de julio. La decisión se aplicará provisionalmente hasta noviembre, cuando los miembros votarán si las medidas serán permanentes.

Los aranceles se desprenden de una investigación de la Comisión Europea sobre los sustanciales subsidios proporcionados por el gobierno chino a sus fabricantes de automóviles. Estos subsidios, considerados por Bruselas como competencia desleal, han permitido que los VE chinos sean significativamente más baratos que sus homólogos europeos, alterando la dinámica del mercado dentro de la UE.

Los aranceles provisionales oscilan entre 17.4% y 38.1%, dependiendo del nivel de cooperación que los fabricantes chinos hayan tenido con la investigación de la UE. Los principales fabricantes como BYD se enfrentarán a un arancel del 17.4%, Geely del 20% y SAIC, el más alto, con un 38.1%. Además, los fabricantes que no cooperen estarán sujetos a un arancel del 38.1%. Estas medidas se suman al arancel existente del 10% sobre todos los VE importados de China.

China ha respondido enérgicamente a la decisión de la UE, calificando la investigación como un “acto proteccionista descarado”, carente de una “base fáctica y jurídica”. Además, Beijing ha insinuado posibles represalias, que podrían extenderse más allá del sector automotriz y afectar a otras industrias como la agricultura y la aviación.

Esta escalada se produce en un momento delicado para la industria automovilística europea, que proporciona millones de puestos de trabajo en el continente. La industria automotriz alemana ha expresado su preocupación, señalando que estos aranceles podrían desatar una guerra comercial y conducir a precios más altos para los consumidores. Por el contrario, Francia ha apoyado la medida, considerándola necesaria para proteger los intereses económicos de la UE contra prácticas desleales.

A pesar del conflicto, funcionarios europeos y expertos de la industria afirman que los aranceles son necesarios para evitar que las empresas chinas dominen el mercado de VE en Europa, similar a lo que sucedió en la industria de paneles solares en años recientes. Sostienen que, sin estas medidas, los fabricantes europeos tendrían dificultades para competir contra los VE chinos subsidiados, lo que en última instancia podría provocar pérdidas de empleos.