Senadores estadounidenses han pedido al presidente Joe Biden que respalde la iniciativa brasileña de imponer un impuesto mínimo global a los ultrarricos.

Brasil, que ejerce la presidencia rotativa del G-20, quiere que las grandes fortunas paguen impuestos equivalentes a por lo menos el 2% de su riqueza.

“Garantizar que los multimillonarios paguen su parte justa de impuestos y establecer estándares mínimos globales en todos los países permitirá a Estados Unidos y a otros países recaudar miles de millones de dólares para satisfacer necesidades apremiantes”, afirman este miércoles en una nota Joseph Stiglitz y Jayati Ghosh, copresidentes de la Comisión Independiente para la Reforma del Sistema Internacional de Tributación de Corporaciones (ICRICT).

Es una “oportunidad histórica” para fomentar la equidad fiscal, afirman los 18 senadores, entre ellos el independiente de izquierda Bernie Sanders, en una carta transmitida a Biden.

“Creemos que la iniciativa brasileña del G-20 es de interés estratégico para Estados Unidos”, aseguran los senadores, que piden a Estados Unidos que se una a otros países para alcanzar “un acuerdo histórico que garantice una economía más equitativa”.

Los expertos estiman que a nivel global los ultrarricos pagan en impuestos alrededor del 0,5% de su riqueza estimada.

En Estados Unidos en la década de 1960 los 400 estadounidenses más ricos pagaban más de la mitad de sus ingresos en impuestos pero en la actualidad tienen una tasa impositiva promedio de sólo el 8%, o sea menos que la clase trabajadora, apuntan Stiglitz y Ghosh.

En marzo la Casa Blanca anunció que Biden prevé llevar a cabo reformas para que “los estadounidenses más ricos paguen su parte justa” en impuestos, es decir “al menos el 25% de sus ingresos”.

Brasil estima que gravar a los ultrarricos a nivel global permitiría financiar la lucha contra el cambio climático y la pobreza en los países de ingresos bajos o medios, uno de los principales objetivos del presidente Luiz Inacio Lula da Silva durante la presidencia del G-20.