Con la diferencia lograda en la semifinal de ida en campo del Sporting Gijón, el Espanyol tuvo suficiente para clasificarse a la final en la segunda división española y con ello privar una disputa por el ascenso a LaLiga entre clubes dirigidos por empresarios mexicanos.
Ante un marcador global de 1-0 a favor de los Pericos, el conjunto comandado por Manolo González supo sufrir lo suficiente ante su gente en el Stage Front de Barcelona, para dejar sin goles a un combinado de Gijón que se quedó en la antesala de un potencial regreso a siete años de su última participación en la máxima categoría.
Aún con una expulsión de Omar El Hilali en tiempo de reposición, los catalanes mantuvieron un orden defensivo suficientemente efectivo para limitar a sus rivales a solo tres remates a portería, sin la necesidad de controlar el esférico durante la mayor parte del encuentro.
Aunque el resultado no dejó del todo satisfecho a González, al afirmar que el club tuvo situaciones bastas para definir la serie antes del silbatazo final, admitió que es una realidad que acompaña al club históricamente. “Ser del Espanyol no es fácil pero así se celebran más las victorias”.
Además de agradecer el apoyo de su afición, el técnico español aseguró que en caso de lograr el regreso del equipo al máximo circuito habrá vivido ya sus mejores días dentro del futbol. “Si subimos a primera dudo mucho que tenga mejores días en mi vida”.
Confirmados como rivales del Real Oviedo, equipo administrado por Grupo Pachuca, el equipo catalán ahora fija su objetivo en la primera final por el ascenso, que se jugará este domingo en el Carlos Tartiere de sus próximos rivales.
“Hemos vuelto a tener confianza con la pelota, pero cuando hemos perdido la posesión, hemos vuelto a tener problemas. Esto lo corregiremos lo antes posible y vamos a salir a ganar al Real Oviedo. Los protagonistas son los jugadores”, destacó el técnico de los Pericos.