El Virus del Papiloma Humano (VPH) es un virus sumamente contagioso, el cual se transmite principalmente a través del contacto de piel o mucosas, sin embargo, el contacto sexual es la principal vía de contagio.
Existen alrededor de 240 tipos diferentes de este virus, 15 de ellos están directamente asociados con cánceres como el de cuello uterino, vagina, vulva, ano y orofaringe.
En las cepas más peligrosas se encuentran los tipos 16 y 18, los cuáles están relacionados al 100 por ciento con las lesiones preneoplásicas e invasoras del cáncer de cuello uterino. Dicha cepa puede desencadenar el desarrollo de neoplasia cervical intraepitelial (CIN), un precursor común del cáncer cervical.
Mientras que en el de “bajo riesgo”, existen los tipos 6 y 11, que son responsables del 90 por ciento de las verrugas genitales. Aunque raramente derivan en cáncer, estos tipos pueden causar otras lesiones benignas, como la papilomatosis respiratoria, que puede provocar dificultades respiratorias.
A pesar de ser común, el VPH suele desaparecer por sí solo sin mostrar síntomas. Sin embargo, los tipos de VPH de alto riesgo, como los tipos 16 y 18, son una preocupación significativa debido que desarrollan cáncer, el cual afecta tanto a hombres como a mujeres.